TVE estrenó este lunes, 1 de marzo, la duodécima edición de MasterChef. Pepe Rodríguez, Jordi Cruz y Samantha Vallejo-Nágera repitieron como jueces en el talent culinario de Shine Iberia y escogieron a los 16 concursantes de una terna de 50 finalistas, entre los que figuraban perfiles tan dispares como un guitarrista de Mónica Naranjo, la hermana de Amaia Montero o un exlegionario terraplanista.
Las chispas entre los aspirantes no tardaron en saltar y la primera gran bronca de la edición se produjo en la prueba de exteriores, que se celebró en Barcelona, en los aledaños de la Basílica de la Sagrada Familia, y en la que los dos equipos tenían que dar de comer a 150 personas con platos que homenajeaban a la gastronomía catalana: coca de escalivada con anchoas, canelones y crema catalana con carquiñoles.
La discusión tuvo lugar en el seno del equipo azul, que capitaneaba oficialmente Samya, una joven marroquí que se describió como una "Madrid lover" y dijo que era "musulmana a ratos". Sin embargo, la tensión se disparó cuando Celeste empezó a dar órdenes en la sombra al ver que Samya andaba perdida.
"Menos mal que tenemos un equipo con dos capitanas. ¡Es la primera vez, sí señor!", aplaudió Pepe haciendo que Samya se mosqueara por este "intento de sabotaje". "Eso de haber dos capitanas, no. Que yo no he renunciado", le decía a su compañero Pulga, que replicaba: "De cara al resto yo creo que sí está habiendo dos capitanas".
Por eso, Samya no dudó y se dirigió a Celeste para aclarar la cadena de mando: "La capitana soy yo. Si quieres decir algo o hacer algo, me lo dices a mí primero y yo se lo digo al resto". "Ahora eso ya no me vale", respondió la catalana. "Me da igual, pero la capitana aquí soy yo", insistió Samya. "Primero se me dice a mí y luego al resto, porque es lo que me ha tocado. Ya está. Es lo que hay".
Celeste se armó de paciencia para que la cosa no fuera a mayores: "Mi madre me ha dicho que me aguante". "Llevo mal que una persona que no sabe lo que tiene que hacer me dé órdenes", decía a cámara la de Vilanova i la Geltrú, reconociendo que Samya era la compañera con la que menos feeling tenía.
Samya y Celeste volvieron a chocar minutos más tarde, cuando la segunda pidió a su capitana que le explicara cómo se hacía el ali oli. Luego, Celeste intentó calmar los ánimos: "Te veo perdida, no me quiero ir a eliminación. Te estoy ayudando a ti, a mi y a todos". "Me parece muy bien, pero comunícamelo a mí, porque al final tengo que saber cómo va la cocina, yo soy la capitana".
"¿Qué quieres saber?", preguntó Celeste. "No me falta nada", respondió Samya a lo que su compañera repreguntó que si todo estaba bien para después sellar la paz dándola un abrazo. Finalmente, el equipo azul ganó la prueba, aunque los jueces criticaron la capitanía de Samya por "esconderse tras sus compañeros".