El pasado domingo, el programa Supervivientes: Tierra de nadie acogió una prueba de recompensa. El premio era una buena comilona de churros con chocolate, eso sí, solo durante un breve periodo de tiempo y con ojos ojos cerrados, dándose de comer los unos a los otros. Los afortunados que tuvieron este dulce lujo fueron Mario, Arkano, Pedro García Aguado, Aurah, Claudia y Rubén Torres.

Cuando acabó el tiempo estimado, Mario (conocido por su paso por La Isla de las Tentaciones y que concursa con su novia Claudia) tenía un churro en la boca, y usó sus manos para rematarlo. “Mario, churros en la mesa”, llegó a pedirle Laura Madrueño, mientras que a Aurah Ruiz le pedía “esos churros del escote” que se había escondido. También pilló a Arkano con otro en el bolsillo.

Una vez que Laura Madrueño ya se había despedido para devolver la conexión al plató, se pudo ver a Mario cogiendo rápidamente un churro para comérselo acto seguido. Algo que generó mucho revuelto en las redes sociales.

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En su defensa salió Anabel Pantoja, quien sabe lo que es pasar hambre en Honduras. “Yo me daba la vuelta, cogía y hacía así [en alusión al gesto de llevarse comida a la boca] porque lo que vas a hacer allí es supervivencia porque tienes que comer”, aseguraba la sobrina de Isabel Pantoja, dejando claro que ella también se valía de este tipo de triquiñuelas para llenar el gaznate.

A lo largo de la historia del formato, las trampas han sido una frecuente, ya desde la primera edición con concursantes anónimos. Se puede citar como ejemplo a la tarraconense Francesca, que también se las ingeniaba para coger lo que no era suyo. En aquella ocasión pusieron ante los concursantes un espejo para que se observasen y una báscula para pesarse. Francesca hizo el paripé de decir que se veía más delgada, pero la báscula dijo que había cogido dos kilos. Otros de sus compañeros en el mismo tiempo habían perdido hasta siete. Obviamente, alguien comía más de lo que la experiencia pura de la competición permitía.

Otra que cogió peso fue la modelo Veruzhka Ramírez, concursante del reality cuando se llamaba La selva de los FamoSOS y se emitía en Antena 3. La Miss fue pillada suplicando comida a guardabosques y miembros del programa. Además, aprovechaba la caída de la noche para robar alimentos al equipo técnico. Cuando la pesaron se comprobó que había cogido cuatro kilos.

Hay quien roba en las pruebas, hay quien lo hace al equipo del programa, e incluso, quien hurta a sus propios compañeros. Melyssa Pinto comprobó en la edición 2021 que su crema de cacao, que ganó como recompensa, había mermado sin meter ella la cuchara. Y a Gianmarco Onestini le tocaron una hamburguesa y a Alejandro Albalá unas patatas. Tras estos hurtos estaban Tom Brusse y Olga Moreno, y esta última terminó resultando la ganadora de la edición.

El polémico robo de la lata de chopped

Tampoco hay que olvidar la lata de chopped que se encontró, sin explicación, entre las pertenencias de Isabel Pantoja, o las galletas que Lola Mencía se comió en Supervivientes 2021, y por las que Jorge Javier le gastó la broma de decirle que estaba expulsada. “Lo asumo, aquí la supervivencia es real, pasas hambre y te desesperas, cogí dos galletitas. Me lo merezco, lo siento”, se lamentaba la influencer, que llegó a montarse en la barca que le apartaría de la competición. Solo entonces el presentador destapó que le estaba tomando el pelo. 

Uno de los principales problemas de Supervivientes es el conseguir fuego. Y para eso, a veces, los concursantes se las ingenian para obtenerlo con medios no permitidos. Anuar Beno admitió que en la edición de 2022 utilizó una espiral de un producto antimosquitos para conseguir hacer fuego en pocos minutos, y fingió conseguirlo sin ayuda. “La organización sospechó, no tenían pruebas y me dedicaron un programa a hacer un juicio. Y yo acojonado pensando que tenían las pruebas y que no podía quedar mal, pero cuando me di cuenta de que no había pruebas yo seguí con la mentira”, explicó en el programa de Twitch Vaya Vaina.

El mechero de Marlene Mourreau

Sylvia Pantoja fue señalada por llevar cerillas a la isla cuando concursó en Supervivientes en Antena 3, y desde Sálvame afirmaron que “Marlene Mourreau se llevó un mechero escondido... escondido dentro de su cuerpo”, según David Valldeperas. Y no olvidemos el “mechero de Santa Pola” que hubo en la edición de 2006, y con el que el cantante Jesús Manuel hizo fuego, tal como él mismo revelaría.

Los finalistas y ganadores también hacen trampas. Hablábamos más arriba de Olga Moreno comiéndose la comida de sus compañeros, pero no es la única. Omar Montes reconoció a Ibai Llanos que hizo “muchísimas trampas” para ganar. Y Nacho Vidal relató que él, en la edición de 2015, por la noche, salía a pescar a una zona que tenían prohibida los concursantes, porque había cangrejos muy grandes, “que tenían mucha carne, mucha proteína. Me metía todo en la chaqueta y volvía a la playa dónde estábamos”. Alejandro Nieto, por su parte, pescada incluso cuando la organización se lo había prohibido por saltarse las normas.

A veces, los concursantes hacen trampas por productos que no son, precisamente, de primera necesidad. Y es que en la isla se han usado desde cepillos de dientes hasta peines, como el que el año pasado el también ganador Bosco Martínez-Bordiú intentó colar cuando le dieron la opción de coger tres artículos de su maleta.