El Hormiguero es, sin duda, un gran escaparate para promocionar las series, tanto de Atresmedia como de las plataformas. Así, este jueves, Adriana Torrebejano y Salva Reina acudieron al programa para hablar de su último trabajo, Muertos S. L., de Movistar + y creada los por hermanos Caballero.
La temática de la serie sirvió para que los invitados hablasen de sus experiencias con muertos y con la muerte. Así, Adriana confesaba que en el próximo entierro al que acuda quiere ver al muerto. Aunque lo contaba entre risas, señalaba que no era algo gracioso. “Pero ahora quiero fijarme en el trabajo, cómo han hecho esa cara. Ahora sé lo que se hace”, aseguraba. Y es que su personaje en Muertos S. L. es el de una tanatopractora, que se encarga de “embalsamar, vaciar y rellenar” los cuerpos.
Pablo Motos lanzó una pregunta muy clara a los dos actores: ¿habían estado alguna vez “a punto de palmarla”? Esto sirvió a Salva Reina para contar cómo en cierta ocasión tenía que conducir la furgoneta de una compañía volviendo de un bolo, pero que un compañero se ofreció a conducir él. Reina fue de copiloto, y se durmió, y se despertó gritando, pensando que iba a tener un accidente. “Los mato, pero no tengo volante”, recordaba entre risas.
También se tocó el tema de lo paranormal, y ahí, Adriana Torrebejano admitió haber tenido una experiencia muy curiosa. Y es que ella ha notado la presencia de su abuelo, quien falleció cuando ella era muy pequeña. Su abuelo “me cogía el culete, como apretándome”, y viviendo sola sintió algo raro mientras ponía un DVD. “Me acaban de tocar el culo”, detallaba la invitada. Además, sintió al dormir que no estaba tapada. Cuando se despertó, estaba tapada, y sintiendo que la arropaban.
Siguiendo con el tema de su abuelo, Adriana contó también que lo “ha olido muchas veces”. Al difunto le gustaba hacer castañas, y ella, y solo ella, ha notado olor a castañas al llegar, por ejemplo, al plató de la serie Cuerpo de élite. “Dije: qué guay, está aquí conmigo”, seguía exponiendo.
Pablo Motos admitía tener “sentimientos encontrados” con la historia, porque no cree en estas experiencias. “Eso es lo guay, yo no creo para nada”, le confirmaba Torrebejano. Salva Reina, por su parte, contó que cuando vivía en Granada, en una vivienda conocida como “la casa del pecado” notó “un aliento en la oreja”. “Me cagué vivo”, admitía el intérprete.
Otra de las historias que Salva Reina contó sobre muertos tuvo que ver con el rodaje de la serie que promocionaba. Tenían que trasladar un fallecido y había “que pasearlo por un parking”, y llegó la policía. “La gente decía que olía hasta a muerto”, cuando, obviamente, lo que estaban paseando “era un maniquí”.