Cabreo mayúsculo de Iker Jiménez. El presentador quiso cerrar Cuarto Milenio este domingo reflexionando sobre la información, las nuevas tecnologías y la cultura de la cancelación a cuenta de todas las informaciones que se han escrito "sobre mi persona, este programa y la relación con la cadena", algo que, personalmente, le han dejado "alucinado". "No quiero desacreditar a nadie", dijo.
"Sobre mí se ha dicho de todo últimamente", aseguró el periodista. "Y luego está el fenómeno teléfono escacharrado, de unas informaciones originales alguien dice esto, alguien extrae eso otro... Todos buscando foco", criticó Jiménez denunciando además el clickbate. "El periodismo convencional ha perdido completamente la virtud de ser prescriptor de la realidad".
El presentador de Horizonte habló después sobre la "cultura de la cancelación". "No es que sea asfixiante... Es un sinvivir". "¿Hay que estar con el viento a favor siempre o qué?", se quejó enumerando: "Empresas, instituciones, organismos, invididuos que se creen que hablar al público va a traer sólo bendiciones".
"Si empezamos a hacer caso de ese murmullo que llega a nuestro brazo [dice alzando el móvil] pues cancelamos todo, porque siempre va a haber alguien ofendido con algo. La cultura de la ofensa es la que se impone", prosiguió poniendo de ejemplo lo que ha ocurrido con el Mono Burgos, que fue despedido de Movistar Plus+ tras realizar una broma sobre el futbolista Lamine Yamal en la previa de un partido de Champions.
"Pasan una serie de cosas por un comentario que, en el argot futbolístico, alguien lo toma como racista. La pregunta es '¿qué quería decir de verdad?', 'cómo lo toma alguien' y cómo ese alguien difunde", dice para criticar a los "voceros" y "comunidades" que incluso "pueden dejarte en el paro", como es el caso del exfutbolista argentino. "A mí me dan igual y por eso les irrito bastante", aseguró desafiante el presentador.
"Me importa tres narices"
"¿Se pide que se sea pulcro en todo? ¿Desde cuando no podemos tener errores y contradicciones, oiga?", se preguntaba anodado por casos como estos. "¿Por qué no dejamos un poco de libertad y que cada uno se equivoque, incluso? Que si quieren pidan disculpas, pero no esas disculpas del famoso, que es ridículo, que dice lo que quería decir y luego se arrepintió al ver la ola. A mí la ola me importa tres narices".
"Porque cuando uno sólo quiere quedar bien con los demás, con quien queda mal es con uno mismo siempre", espetó. "¿Qué clase de raza de seres humanos estamos haciendo cuando queremos quedar bien con todos? ¿No hay debate?" ¿No hay contradicciones? ¿No hay diálogo?", continuó Jiménez para concluir de la siguiente forma: "Decir lo que se piensa va a empezar a ser la última revolución".