Raúl y Arnau en 'First Dates'.

Raúl y Arnau en 'First Dates'.

Bluper

Un soltero de ‘First Dates’ deja al descubierto sus gustos íntimos y picantes: “Prefiero que sea gorda”

Raúl y Arnau han tenido una cita en el programa de Cuatro, y pronto descubrieron que tenían mucho en común.

8 mayo, 2024 23:25

Raúl tiene 36 años y ha ido desde Barcelona a First Dates a encontrar el amor con un chico. Sabe que es alto, y tiene una buena nariz, cosas que, según cuenta, resulta intimidante a la hora de tener una cita. “O atraen porque la ven como algo guay o desatrae totalmente”, detallaba sobre su nariz. En la actualidad no trabaja, pero se ha dedicado al mundo del estilismo y la peluquería, enfocado especialmente al teatro.

Sobre su oficio, bromeaba sobre cómo los peluqueros viven las vidas de sus clientas, y acuden a lugares porque se lo han recomendado mientras las estaba atendiendo. “Lo llamo el mal del peluquero”, afirmaba.

Había traído una regla. Sé que si pongo una nota puedo estar espiando”, proponía a la camarera del programa. “Es una forma de introducir la altura, o lo que la gente percibe cuando tienes una nariz grande y comparan”, explicaba en el apartado del confesionario. “¿Para mí el tamaño importa? Sí importa, pero está demasiado inculcado. Hablando sexualmente me da igual que sea larga, prefiero que sea gorda”, se sinceraba.

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El programa ha elegido que Raúl cene con Arnau, que tiene 35 años. Como tantas personas, utiliza aplicaciones del móvil para conocer gente. “Es como estar en un bufé libre, eliges a quien te da la gana y te dejan tirado en cualquier momento”, aseguraba. Según explicó, liga mucho por su pelo, porque lo tiene bonito, “y se suelen fijar mucho en el pelo”. No obstante, también se dedica al mundo de la peluquería y de los negocios. “Tengo dos peluquerías con un socio, y nuestras expectativas son hacer extensiones, cambios de look y todo eso”, le contaba a la camarera Laura Boado.

Quieren volver a verse

Laura entonces le enseñaba la regla y la nota que le dejó Raúl. Al leerla se ha reído. “Se referirá a la altura”, vaticinaba. La camarera le preguntó que si fuese por otra cosa, le gustaría otras medidas. “Quizás”, respondió con una sonrisa.

Durante la cena, ambos solteros demostraron tener muchas cosas en común, como el lugar de residencia y la profesión. Incluso tenían la sensación de conocerse previamente, quizá del sector de la peluquería, o de las aplicaciones para ligar. A la hora de decidir si volverían a verse, ambos coincidieron en que sí tenían interés en seguir conociéndose.