El amor llama a la puerta cada día en First Dates. El pasado 24 de mayo, se vio una situación de lo más surrealista en el dating show de Cuatro. Una soltera no sólo rechazó a su cita, sino que le dejó claro que le sería “difícil” encontrar a alguien como ella. La comensal, Laura, señalaba al inicio del programa que para ella la familia es muy importante. “Si no hay un buen vínculo familiar, no tienes nada”, expresaba.
La joven le comentaba a la camarera Laura Boado que le encanta dormir. “No hay día que no me eche la siesta”, confesaba risueña. La mujer comentaba que había tenido pocas experiencias amorosas, pero que su ideal de chico sería un hombre que se pareciese a André Lamoglia, el actor brasileño conocido por su participación en Élite. “Es alto, moreno, una sonrisa bonita, gracioso”, describía así al intérprete.
La alicantina señalaba que, aunque buscaba tener pareja, no quería que eso significase que dejase de ver a sus amigos, salir de fiesta o abandonar sus estudios. El programa le propuso una cena con Alexander. También procedente de Alicante, el joven sueña con ser emprendedor y montar su propia empresa. “Sé que es complicado, pero no tengo miedo”, compartía.
A Alexander le atraía Laura, dedicándolo halagos a partes de su cuerpo. Aunque a él le atrajo, la estudiante no parecía estar interesada en él. Lo único que le dejó sin palabras a la muchacha fue que Alexander le comentó que trabajaba como técnico de control numérico. Ahora bien, la estudiante sí vio con buenos ojos que el aspirante a emprendedor le pidiese permiso para estar pendiente del móvil, dado que su madre estaba enferma y podía recibir llamadas suyas o de los médicos.
Dado que la joven no mostraba mucho interés en el técnico, la cita no fue a mejor después de que éste le confesase que, con 19 años, había jugado con una antigua novia suya. “¡Qué mal hombre, ya te lo digo!”, expresaba la estudiante al equipo del dating show. El comensal reconoció que no fue buena persona con su ex y que prefirió ir al fútbol y estar con sus amigos.
No obstante, Alexander reconocía que había madurado y buscaba sentar la cabeza y tener hijos. Ambos coincidían en que quería tener tres hijos. Laura comentaba su afición por dormir la siesta, algo que el soltero no podía permitirse. El joven le comentaba que él se despierta a las 04:30 de la mañana, pero que echarse la siesta le hace levantarse fatal.
No hubo química
A pesar de buscar pareja, Laura compartía que ella pensaba seguir viviendo con su familia. “Estoy muy a gusto con mi padre. Ahí me voy a quedar una larga temporada”, le espetaba. Aunque hubo cordialidad en la cena, lo cierto es que parecía no surgir la chispa en la cita.
De ahí, que en el momento de la verdad, Laura rechazase tener un segundo encuentro. Ahora bien, Alexander sí que reconocía que no le hubiera importado tener una segunda cita, aunque sospechaba que ella no. Lo que el técnico no esperaba era el dardo final de la soltera. “Ojalá encuentres a una mejor que yo, pero es difícil”, le expresó, demostrando la estudiante que no iba falta de autoestima.