La actriz Isabel Ordaz, que es conocida en televisión por su papel de Isabel ‘La Hierbas’ de Aquí no hay quien viva y de Araceli Maradiaga en La que se avecina , ha hablado por primera vez del cáncer de colon que ha sufrido durante años. Rompe así su silencio tras publicar su libro La vida en otra parte, que ella define como “un viaje alrededor del cáncer”.
La ganadora del Goya en 1997 como mejor actriz de reparto por la película Chevrolet ya tenía inclinación a la escritura, y contaba con varios poemarios. Sin embargo, esta vez ha apostado por lo que ella cataloga como “prosa poética libre”, y de ella se vale para reflexionar sobre la vida, la muerte, y el tabú que hay alrededor del cáncer.
“Me vi secuestrada, anonadada por esta enfermedad. Para no ser anulada del todo necesitaba mi propio relato, convertirlo todo en una narración”, ha explicado la artista en una entrevista a Vanitatis. Afirma estar “viva de milagro”, pero que ya lo ha superado.
En el citado medio cuenta cómo el diagnóstico del cáncer “hace que todo se deshaga a tu alrededor”. Una enfermedad a la que se refiere como “seis letras canallas y un acento”. “Tu futuro empieza a ser inestable o incierto. Todo se altera, todo adquiere otra dimensión. Te quedas como perpleja. Ni siquiera podía llorar. Poco a poco, el diagnóstico va bajando al corazón, a la piel. Vas entrando en el protocolo de la curación o de las terapias”, detalla la actriz, que también ha participado en producciones de televisión como Pepa y Pepe o Todos los hombres sois iguales.
Isabel ha reconocido que cuando eres joven “la muerte no existe”, y que tiene un componente hasta estético. “Ahora era yo la que estaba en ese túnel, con la posibilidad real de morirme, con una enfermedad que tiene algo de estigma, bastante dolor y una terapia muy dolorosa. Y claro, la percepción romántica o estética de la enfermedad, de cualquier enfermedad, cambia”, sentencia.
En la actualidad, asegura haber renacido, y que ya ha pasado todas las revisiones, aunque le quedan algunas por protocolo. “Nunca recibes un alta como tal, pero se puede decir que el médico me ha dicho que estoy curada. Ya llevo prácticamente cinco años haciendo una vida normal. Y además, con esa fuerza de haber pasado por ese territorio oscuro del túnel, de la telaraña, de la no vida, del peligro de perderla”, reflexiona también.