Alrededor de 85.000 solicitudes vía electrónica -las contabilizadas hasta ahora- y más 500 asistentes al primer casting presencial. Vuelve Gran Hermano, en su versión de anónimos, y parece haber ganas de saber cómo es la vida en directo desde dentro. Y, por supuesto, de llevarse el maletín con los 300.000 euros. 

BLUPER vivió en primera persona esta criba, celebrada el pasado lunes, 3 de junio, en la estación de Chamartín de Madrid. Además, pudo charlar con Miguel Martín, director general de Zeppelin TV, y Teresa Colomina, directora de casting del formato de telerrealidad. 

"La alegría con la que se está viviendo el casting es brutal. Al final, es un 'show' de entretenimiento, es para pasarlo bien. Esperemos que esa celebración se extienda al propio programa, ese espíritu que está en el ADN del programa desde hace 25 años", destacó Martín. 

Han pasado 7 años desde aquel GH Revolution, la última edición de anónimos que emitió Telecinco. Ahora, los aspirantes no quieren perder el tren, como señaló Miguel: "No tienes muchas oportunidades en la vida de vivir algo así. Esa experiencia, esa euforia que habéis visto en la sala, es una sensación muy íntima, es el efecto que tiene GH en la gente común". 

Por su parte, Colomina achaca al "efecto pospandemia" las ganas de probar suerte: "La gente quiere vivir la vida y le da igual todo, entre comillas. Hasta nos han enviado vídeos en ASMR, hablando en voz bajita. Gente que se ha enfrentado a enfermedades, una chica con trabajo estable que superó un cáncer de mama. Se dio cuenta de que la vida son dos días y se presentó porque había visto el programa desde pequeña". 

¿Qué perfiles se buscan en 'GH'?

La fórmula mágica para encontrar al plantel de concursantes ideal no existe, pero 25 años de recorrido del formato dan buena cuenta de qué funciona en televisión. Todo esto, por supuesto, considerando cuánto ha cambiado la pequeña pantalla en este cuarto de siglo. 

"Buscamos gente divertida, simpática. Humor, historias. Gente que dentro de la casa nos entretenga", comentó Colomina, haciendo hincapié en que el proceso de selección está abierto hasta casi el comienzo del programa: "Hay gente que, de primeras, no te encaja, pero luego se te enciende la bombilla. Dices: '¡Qué curva de la vida!'. O gente con oficios graciosos". 

"Más que buscar, encontramos", explicó la máxima responsable del casting, sin negar que, como ocurre en otras producciones, existe cierta parte de "búsqueda activa". Esto es, contactar con perfiles en redes sociales, con cierto número de seguidores, que resulten jugosos a nivel 'reality'.

Este año, el rango de edad de candidatos es tan amplio que va de los 18 a los 81 años de edad. Hay divesidad de nacionalidades -Rusia, Nigeria, Ucrania, toda Latinoamérica...-, profesiones y condiciones. Incluso personas con Altas Capacidades detectadas. 

"Hay de todo. Hay hasta matrimonios que se conocieron en castings de ediciones anteriores. Se presentan padres con hijos. Hay absolutamente de todo. Toda la variedad que se os pueda ocurrir está representada. Lo más importante es que el casting no está cerrado", reiteró el director de la productora. 

Múltiples fases

Tal y como comentó Miguel Martín en este encuentro con los medios, se convocó directamente a 200 personas para la prueba de cámara, a eso de las 9.00. A los restantes, se les reunió en horas escalonadas y en diferentes espacios de la estación, para que el flujo de trabajo fuese abarcable. Tras una breve de entrevista, se decidía quién pasaba a la prueba de cámara y quién no. 

Los suertudos de Madrid se unirán próximamente a los seleccionados de otras ciudades. El casting de Gran Hermano ya ha pasado por Bilbao y Valencia, y pasará por Sevilla (8 de junio), Málaga (13 de junio), Palma de Mallorca (17 de junio) y Las Palmas de Gran Canaria (19 de junio). Los seleccionados volverán a ser analizados por el equipo en sucesivas oleadas, hasta encontrar al reparto perfecto. 

Aspirantes del casting presencial de 'Gran Hermano' Sergi Pau

15 personas, capitaneadas por Colomina, son las que tienen la última palabra. Se intenta llegar a un consenso entre los miembros del equipo, si bien Teresa admitió que "es complicado que haya democracia", que coincidan los criterios. "En el casting final, vamos a discutir muchísimo", bromeaba. 

Y es que ya no solo se trata de escoger a la gente idónea, sino de crear un grupo "equilibrado": "El grupo definitivo está abierto hasta el final. Imagínate que, cuando tienes hecho un grupo, aparecen tres personas a las que quieres meter. Meter a uno significa sacar a otro". 

Así se detecta a un 'vendehumos'

En una televisión en la que cada vez es más complicado encontrar personajes genuinos, la vuelta de Gran Hermano de anónimos es una oportunidad para recuperar perfiles del estilo. Asimismo, que proporcionen contenido al actual universo Mediaset falto de personajes. 

Según Teresa, "el 90% de la gente" a la que han entrevistado "es la primera vez que se ponen delante de una cámara": "No es lo mismo estar en tu casa, grabarte en tu habitación, que ir a un casting y que un señor te pongo un micrófono en el cuello". 

"Lo mejor que se puede hacer es una buena selección del equipo de casting y redacción. En mi equipo, hay una persona con más de 60 años, un auxiliar de producción que tiene alrededor de 20... Está Merche, que lleva desde la primera edición haciendo pruebas... Gente de todo tipo de condición que aporta su visión. Eso se nota", reconoció Colomina.

Como en todo proceso de selección, cabe la posibilidad de que se cuelen personas que de ninguna manera encajen con la filosofía de GH. "Hay gran cantidad de entrevistas hasta llegar a la última. También, entrevistas técnicas con profesionales de la salud mental. Seguimos nuestro protocolo escrupulosamente. Queremos saber mucho de los aspirantes", aclaró Miguel.

"Nuestra prueba de cámara dura un rato y nuestros redactores tienen mucha experiencia haciéndola. Esa experiencia te da una intuición que, más o menos, te permite detectar si la persona que tienes delante es genuina o no", aseguró el director de Zeppelin TV.