Son las siete y media de la tarde y el cielo de Madrid no puede estar más encapotado. Amenaza tormenta. ¡Justo el día que Telecinco celebra la gran final de Supervivientes! Las primeras gotas empiezan a caer en el parking trasero de Mediaset España, donde ya está todo preparado para recibir a Arkano, Marieta, Rubén Torres y Pedro García Aguado. Cables, focos, cámaras... y el helicóptero. Todo el mundo quiere hacer fotos y vídeos.
"Esta edición se me ha pasado volando. Tiene que ver con trabajar sólo una vez a la semana". El que habla es Jorge Javier Vázquez, que recibe en exclusiva a BLUPER en el camerino número 8 de Fuencarral. "Supervivientes me había pillado trabajando a un ritmo duro y siempre era 'cuando acabe, me voy de vacaciones'. Pero este año, no", ríe.
Jorge está tan relajado que no parece que esté a sólo unos instantes de ponerse delante de las cámaras. Y de subirse a la aeronave. "Me he subido en varios y no es mi medio de transporte favorito", dice. "Esta es una noche muy especial porque tiene componentes épicos con la llegada de los concursantes en el helicóptero y luego van cayendo uno a uno".
"El momento de la proclamación del ganador es muy vibrante", confiesa el de Badalona, ausente el año pasado al estar de baja. Lo cierto es que esta no ha sido una edición más para Jorge, pues se ha reencontrado con su público tras la cancelación de Cuentos chinos en septiembre.
¿Te ha servido de terapia o para cerrar heridas?, le preguntamos. "La verdad es que no", responde tras pensarse bien su respuesta. "Me ha servido para disfrutarlo con muchísima intensidad porque cuando vienes a trabajar una vez a la semana, lo haces de otra forma. Ha sido una situación muy extraña. Estaba muy descargado de trabajo".
"Siempre aparece la polémica"
La conversación con Jorge avanza y el agua golpea con fuerza la ventana de su camerino que da a la carretera de Fuencarral. Son las 20.15 de la tarde y está cayendo la mundial. Nunca antes en la historia del reality la lluvia había hecho acto de presencia en una final. Estamos en junio, pero bien podría parecer una tarde de marzo.
"Muchos aseguran que esta ha sido la edición más polémica", deslizamos, a lo que él niega. "No, no. Hay muchas cosas que se repiten y yo las tengo muy estudiadas. Primero se dice que el casting no vale nada, y luego, a medida que avanza la edición, siempre aparece la polémica. Y sucede porque la gente lo vive muchísimo. Es difícil aceptar cuando tus favoritos van cayendo".
"Algunos compañeros de 'Ni que fuéramos Shhh' forman parte de mi familia y Mediaset sigue siendo mi casa"
Jorge Javier no tiene problemas en contestar cuando se le pregunta por las graves acusaciones que hizo Kiko Matamoros hacia el programa. "Es un compañero con el que he pasado 15 años de mi vida y con el que tengo una relación a prueba de lo que sea", responde. Tampoco evita la cuestión sobre Ni que fuéramos Shhh. "Algunos compañeros forman parte de mi familia y Mediaset sigue siendo mi casa".
El tiempo se echa encima y Jorge Javier ultima preparativos con su estilista, Roberto Larrosa, y con Cristina Castillo, su persona de máxima confianza. Las instalaciones de Mediaset son un hervidero de gente, que va de aquí para allá. La maquinaria de Supervivientes, compuesta por más de 120 profesionales, ya está en marcha a las órdenes de Raúl Prieto.
Lo sencillo, si es que hay algo fácil en el reality rey de la televisión, es que en la final los tiempos están muy definidos por todo lo que tiene que ocurrir: votaciones, pruebas, reencuentros con la familia... A diferencia del resto de galas, en las que el peso se reparte en Madrid y Honduras, la realización se hace íntegramente desde los estudios de Mediaset.
El programa comienza a cuajarse meses atrás. "Lo primero que hay que hacer es reservar el helicóptero", nos cuentan. Los contenidos llevan perfilándose desde hace dos semanas, pero no es hasta pocas horas antes de que se encienda el piloto rojo, cuando sale la escaleta definitiva.
Son las 20.40 horas de la tarde, y la lluvia no para. Es inevitable que los responsables de Supervivientes estén pendientes de lo que indica el radar, como ocurre en la Fórmula 1. Aparece Jorge Javier a las puertas del estudio 6, donde el público y los concursantes -a excepción de Laura Matamoros, Arantxa del Sol, Rocío Madrid y Lorena Morlote- toman posiciones. "¡Ángel ganador!", jalea una parte de la grada a Cristo, que se sienta al lado de Carmen Borrego.
Antes de subirse al helicóptero, Jorge saluda de forma muy cariñosa a Sandra Barneda, la responsable de narrar los últimos juegos en sustitución de Laura Madrueño. "¡La lluvia es una buenísima señal!", dice sonriente mientras el agua va haciendo charcos en el suelo.
Cristina Garmendia, testigo directo
Por fortuna, quizás por culpa de Poseidón, la tormenta amaina y el cielo clarea. Se respira cierto alivio justo cuando comienza a grabarse la primera parte de la gala, a las 21.08. Se hace así porque la normativa de aviación civil no permite que un helicóptero sobrevuele zonas urbanas al caer la noche. A las 22.36, Supervivientes retoma el directo con Jorge Javier al mando.
Detrás de las cámaras, por cierto, se encuentra Cristina Garmendia. La nueva presidenta de Mediaset España no pierde detalle de lo que acontece la gala presentada por Jorge Javier, con el que intercambia algunas palabras durante una pausa publicitaria. La directiva llega a salir a la calle para vivir en primera persona los últimos juegos.
En el exterior hace fresco. Tanto, que Sandra Barneda tiene que recurrir a un anorak y el equipo de Supervivientes se apresura en cubrir a los finalistas. Las tres horas y media de gala avanzan a un ritmo vertiginoso. El primero en caer es Arkano y, sin apenas tiempo para digerirlo, Marieta, Torres y Pedro enfilan El Altar de Poseidón. Un centenar de personas se agolpan en la calle y les animan sin parar.
Después, el equipo de Cuarzo ha querido innovar en su primer año al frente de Supervivientes llevando más allá la prueba de la apnea con El Yugo de Poseidón. Con Pedro fuera, Marieta y Torres deben introducirse en el agua para encontrar la llave que abre los cuatro candados de las cadenas de 20 kilos de peso que envuelven su cuerpo. Da angustia de verlos a unos pocos metros.
Compañerismo en la final
Como venía haciendo durante el concurso, Torres demuestra ser una fiera en las pruebas y es el primero en poner un pie en la votación final al liberarse de las cadenas. Y aunque hay en juego 200.000 euros, el compañerismo que existe entre los finalistas es de admirar. Los tres no dejan de darse ánimos mutuamente.
Son más de las 00.00 y nadie se duerme. Está siendo una de las finales más bonitas de los últimos años, y en plató las emociones están a flor de piel. Se prevé un final de infarto. Reñidísimo. "¿Cómo lo veis?", nos pregunta Jorge antes de anunciar el ganador de la segunda votación de la noche -Marieta o Pedro-, al tiempo que echa un vistazo rápido al móvil.
Sus familias son un manojo de nervios. A las 00:50, la alegría se desborda en el círculo más cercano de Pedro. El 'Hermano Mayor' se jugará el concurso con Torres. Sus padres, su hija y su hermana, que va vestida de jugadora de waterpolo, están muy emocionados. El de Marieta -sus compañeras de La isla de las tentaciones, María y Ana, han venido para arroparla- se llevan una decepción.
Los nervios se disparan en el último tramo de programa y todo el mundo espera, deseoso, que Jorge Javier anuncie el nombre del ganador. Cualquiera de los dos lo merecen. Finalmente, el gato al agua se lo lleva Pedro, que estalla de alegría al recibir el cheque de los 200.000 euros en manos de Sandra Barneda.
El plató es una fiesta. Una marabunta de gente irrumpe, mientras un sigiloso Jorge se esfuma detrás de las cámaras. La recompensa a un formidable trabajo llega a primera hora de este miércoles al ver los datos de audiencia. Récord con un 22,1% de cuota de pantalla, tres puntos más que el año pasado.
Pero no hay tiempo para descansar. La maquinaria de Supervivientes no se detiene y este mismo jueves arranca el All Stars. "El casting es espectacular. Todos han sido concursantes de primerísima línea. Son todos muy competitivos y van a ir a cuchillo a ganar, sobre todo en las pruebas", admite Vázquez, que compaginará las galas de esta edición especial con El diario de Jorge.
"Hemos vivido una época maravillosa que ha durado muchísimos años y ahora hay que ir a por otra"
"Tengo muchísima ilusión en el programa y en la productora que lo hace [Boomerang TV]. Tuve una reunión con ellos y tienen muy claro lo que quieren hacer. Me gusta volver a un diario y que nazca con la idea de que sea un formato de largo recorrido. Me encanta estrenarlo en verano", asegura Jorge, que confía en que Telecinco remonte el vuelo.
"En esta profesión nunca nada está escrito. Hay que seguir luchando, y la gente que seguimos aquí, tiene ganas de luchar. Hemos vivido una época maravillosa que ha durado muchísimos años y ahora hay que ir a por otra", remata Jorge Javier, que finiquita: "Tampoco soy mucho de mirar atrás".