El Hormiguero emite esta semana las últimas entregas de la temporada. El programa de Pablo Motos consigue casi cada noche ser lo más visto de su franja (y a veces, de la televisión), y hoy, en concreto, recibirá como estrella invitada a la polifacética Leticia Sabater. Una actriz, cantante, presentadora, escritora y casi lo que desee que hoy dará una entrevista que seguro que pasará a la historia del programa.
A muchos espectadores les ha podido chocar que un programa como El Hormiguero reciba a alguien con el perfil de Leticia. Por allí suelen pasar estrellas internacionales, actores de primer nivel de los que hacen taquillazos o series en plataformas de prestigio. O deportistas que no bajan del podio, y la Sabater parece no encajar en ninguna de esas etiquetas.
Sin embargo, la catalana se merece tanto como cualquier otra celebridad nacional su rato de gloria en la franja del access prime time de Antena 3. Porque es una show-woman muy grande, que ha sabido mantenerse en el candelero, y no podemos negar que parte de su trabajo es historia de la televisión de este país.
Se suele situar el inicio de la carrera de Leticia Sabater en los años 90, pero venía de antes. Ya en los 80 hizo publicidad con Arturo Fernández, apareció de extra en el Un, Dos, Tres (acompañando a Arévalo, por ejemplo) y fue azafata de la Vuelta Ciclista; este trabajo, aunque era prácticamente de modelo, le permitió dar algunas entrevistas que ayudaban a conocerla un poco más.
A partir de entonces sí que llegó a la televisión para quedarse. En 1990 se convierte en ‘chica Hermida’ en Por la mañana, y entra en contacto con el público infantil por No te lo pierdas, en TVE, junto a Enrique Simón. Solo un año después debuta como actriz junto a Antonio Ozores, en la olvidada serie Taller Mecánico, en la que también trabajó Florinda Chico y que en la actualidad se puede disfrutar en RTVE Play.
Con la llegada de las privadas muchos rostros de la televisión pública cambian de casa, y uno de ellos fue Leticia Sabater. Saltó a Telecinco para convertirse en una auténtica diva infantil, con Desayuna con alegría, A mediodía alegría y Viva los compis. Y, como otras de su época, salta a la música con discos que hasta sonaron en los 40 principales. Como curiosidad, Leticia cantó en español La soledad de Laura Pausini antes de que la italiana se convirtiese en una estrella internacional.
Siguió con el público infantil en Con mucha marcha, en La 2, y a finales de los 90 ya cambia su perfil hacia otros derroteros. Comenzó a hacer teatro, hace televisión (de escasa calidad) de la mano de José Frade y se hace una habitual de programas de corazón y de realities. Con la llegada de YouTube, enlaza una carrera musical en la que lanza propuestas divertidas como Toma pepinazo y La Salchipapa.
¿Friki o show-woman?
A Leticia nos la han dibujado como una friki, pero es una profesional del espectáculo, con oficio y con beneficio. Ella recorre España con sus espectáculos, y sabe poner toda la carne en el asador para hacer que el público disfrute. En Ni que fuéramos Shhh destacaban la pasada semana cómo ella muchas veces fue la última invitada del Deluxe, y aunque se solían quedar sin tiempo, y a pesar de hacerla esperar mucho, la Sabater siempre salía con ganas de dar espectáculo y hacer que todos se rían con ella.
Leticia nunca se ha vendido como una comunicadora de prestigio, de esas que solo se dedican a pedir que les den un programa para presentar cada vez que tienen ocasión. Su perfil siempre ha sido honesto, excesivo, divertido, y también tierno, porque a veces ha sido capaz de abrirse y mostrar su lado más personal.
Por todo esto y mucho más, Leticia Sabater es parte de la historia de nuestra televisión. Y se merece una y mil entrevistas en El Hormiguero. Y hasta ser concursante de la próxima edición de Tu cara me suena, programa en el que ha debutado esta temporada como invitada emulando a Aitana, y que, al parecer, le han dejado con ganas de pasar más veces por el clonador.