Este miércoles volvía a convertirse en noticia Carlos Navarro, conocido por muchos como Carlos, 'El Yoyas'. El que fuese concursante de Gran Hermano fue detenido en una operación conjunta de la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra en una casa de la comarca de Anoia, en Barcelona.
El conocido colaborador televisivo se encontraba huido de la justicia desde 2022, tras ser condenado a cinco años y ocho meses de cárcel por delitos de malos tratos y lesiones cometidos contra su exmujer, Fayna Bethencourt, a la que conoció en el reality de Telecinco.
Carlos saltó a la popularidad en el año 2001, cuando entró en Gran Hermano 2, en el año 2001. Entonces ya destacó por su mal carácter, teniendo mucha facilidad para tener choques con sus compañeros. Su enfrentamiento con Ángel Tous fue el que le hizo ganarse el apodo de 'El Yoyas': tras una discusión le amenazó con ““pegarle dos yoyas que le van a temblar las orejas”.
Un comportamiento que ahora mismo resultaría inaceptable, pero que entonces no provocó su salida, ni un toque de atención. Siguió viviendo en la casa donde todo se ve y se oye, y comenzó una relación con la canaria Fayna. Él tenía en ese momento 24 años, y ella, 22.
Ya delante de las cámaras Fayna no se libraba de ser el centro de las iras de Carlos. Crónicas del momento narraban cómo llegó a empujarla y tirarle del pelo en Gran Hermano, y fue expulsado de manera disciplinaria. Y es que para él, era “pegarle de cachondeo”.
Su salida por la puerta de atrás fue un mazazo para Carlos, que no entendía que no pudiera salir como el resto de concursantes en una gala semanal. “No me ha maltratado, joder, ni yo me dejaría”, dijo entonces Fayna a sus compañeros, defendiéndole.
‘Crónicas Marcianas’
A pesar de tener un perfil violento, Telecinco no le apartó de sus programas. Es más, le tendió la alfombra roja para convertirse en estrella colaboradora de Crónicas Marcianas, donde hacía alarde de su chulería y su gusto por aclarar los asuntos llegando a las manos.
Algunos de sus enfrentamientos tuvieron lugar delante de las cámaras, como el día que amenazó a Coto Matamoros con pegarle. Otros casos pasaban detrás de las cámaras. En 2022, Sálvame destapó que en cierta ocasión llegó a darle un bofetón a Antonio David Flores antes de entrar en directo, y que el exguardiacivil llegó a sangrar en directo. Marta López, en otra ocasión, narró cómo un vigilante de seguridad tuvo que interceder por ella, y que no sabe qué habría ocurrido de no ser así, pues Carlos la tenía tomada con ella.
‘Supervivientes’
En aquella época Fayna Bethencourt acompañaba a Carlos a muchos programas, y nunca hizo un atisbo para que su novio aplacase su lado más agresivo. En 2003 ella concursó en Supervivientes, en Antena 3, que entonces se llamaba La isla de los famoS.O.S. Carlos Navarro 'El Yoyas' era su defensor en el plató, y ahí también alardeaba de chulería y violencia.
En cierta ocasión se enfrentó con una dureza enorme con la presentadora Silvia Fominaya, concursante con quien Fayna había tenido sus más y sus menos. Hasta tuvieron que cogerle, porque parecía dispuesto a agredirla en directo. “Me da más asco que un pelo de polla en un plato de sopa”, dijo de ella, a modo de disculpa.
Con los años, el perfil polémico y violento de Carlos fue quedando a un lado, y lo cambió a uno de gamberro e irreverente. Así fue como dio llegó a La Jaula, de Antena 3, como colaborador, un fugaz programa de actualidad.
Y sin olvidar el salto a laSexta en los primeros tiempos de Salvados, el cual en la actualidad presenta Gonzo. Su sección más recordada es la de Apatruyoyando, en la que charlaba junto a Jordi Évole en un vehículo. Con Évole incluso se puso de acuerdo para hacer un troleo en La Noria, y que formaba parte de la guerra abierta que había entre Telecinco y laSexta. Aquel experimento acabó viendo la luz en una entrega especial titulada Salvados por la tele.
Con el paso del tiempo, sin embargo, Salvados quiso desvincularse por completo de Carlos Navarro, 'El Yoyas', hasta el punto de que en su décimo aniversario ofrecieron un vídeo recopilatorio en las redes sociales donde no había rastro del catalán.