Eurovisión 2024 llegó a su fin hace casi dos meses, pero las polémicas que se dieron en esta edición siguen realmente vivas. Fueron sonadas la participación de Israel, a pesar de la guerra en Gaza, y la expulsión de Joost Klein, representante de Países Bajos, tras un incidente en el 'backstage'.
La Unión Europea de Radiodifusión (EBU-UER) abrió una investigación, tras las quejas de 16 delegaciones y amenazas de abandono de seis países antes de la final del pasado 11 de mayo. Después del proceso, liderado por "un experto independiente de la industria", la organización emitió este lunes un comunicado en el que dio a conocer sus conclusiones.
"La investigación reunió comentarios extensos sobre la edición de este año, en una amplia gama de partes interesadas de Eurovisión, incluidos jefes de delegación, miembros del Grupo de Referencia, la junta directiva del concurso, así como el equipo central de la EBU", comienza subrayando el escrito.
Una de las medidas anunciadas es la creación de un nuevo cargo, el de director de Eurovisión. Su trabajo será supervisar a Martín Österdahl, actual supervisor ejecutivo del certamen, para "reforzar el equipo de liderazgo del festival" y "garantizar el ancho de banda operativo para gestionar un evento de esta escala".
La idea es que agilice las tareas encomendadas a Österdahl, para que este pueda dedicarse en profundidad a cuestiones de producción "del día a día", contacto con las delegaciones y "la construcción de relaciones con los miembros" de Eurovisión.
En concreto, el organigrama experimentará cambios en tres áreas: la de Gobierno y Participación de la UER, la que gestiona seguridad y riesgos, y la de la comunicación con la audiencia. Son tres secciones cuyas labores quedarán reforzadas por un cuerpo especial de líderes senior de la UER, que "supervisarán la toma de decisiones e implantarán cambios en estas áreas en los próximos meses".
Las tres áreas implicadas
Aun así, seis semanas después de la finalización de Eurovisión 2024, todavía no se han tomado medidas concretas en las tres áreas antes mencionadas. A través de este texto, la EBU-UER simplemente marca el camino a seguir en los próximos meses.
El bloque de Gobierno y Participación clarificará la jerarquía en la toma de decisiones en cuanto a la lista de participaciones, en mantener la pluralidad de opiniones y en las responsabilidades del equipo central de Eurovisión. También, el papel de los jefes de delegación y las responsabilidades de los candidatos al acceder a la competición.
El de gestión de seguridad y riesgos será el que trate de mejorar la comunicación de las reglas del festival a los participantes. Asimismo, "reforzará" los protocolos en caso de crisis, e impulsará la mejora en los parámetros de seguridad y ciberseguridad.
Finalmente, la EBU-UER pondrá énfasis en la comunicación con los espectadores, a través de la colaboración con la comunidad de fans, con 'influencers' y medios para "construir un compromiso más solido con los valores de Eurovisión" y "asegurar que continúe siendo un 'show' para todos los públicos".