Hace un mes, Pedro García Aguado se proclamaba ganador de Supervivientes 2024. Lo hacía gracias a un 54% de los votos frente al 46% que obtuvo Rubén Torres, uno de los concursantes revelación del 'reality show' de Telecinco. El bombero demostró ser un robinsón fuerte, haciéndose con el collar de líder hasta en nueve ocasiones. 

Eso sí, como desveló hace unos días en En todas las salsas, pódcast de Mtmad, el esfuerzo le sigue pasando factura casi 30 días después de finalizar el formato de telerrealidad. El que fue participante de Falso amor reconocía que una secuela directa es "la ansiedad por comer". 

De hecho, en tono jocoso, asumía tener "ganas" de que acabase el programa para catar el piscolabis que había preparado la producción del pódcast de Mediaset. "Cógete un bombón. Un bombón para otro bombón", bromeaba Iban García, ofreciéndole directamente el dulce.

Otra marca que le quedó a Torres de su estancia en Honduras es algún que otro rasguño de las pruebas, pero, sobre todo, incidió en esa "ansiedad por comer": "Es más que nada ansiedad por comer. Comes y estás saciado de estómago, pero no de cerebro. Es como: 'Ay, picotea un poco más'". 

Rubén también se sinceró sobre el gran cambio físico que sufrió a lo largo de su experiencia: "En la semana cinco, iba por 13 kilos menos. Bajé un poco más y ahí quizá me estanqué. No lo sabes, porque no te lo dicen. He perdido en total unos 16 o así, pero he recuperado 6 kilos en una semana". 

El cambio físico de Rubén Torres en sus 103 días de estancia en 'Supervivientes' Mediaset España

"Te hinchas de comer. El efecto rebote no es que comas más porque te da ansiedad, es que el cuerpo, a modo de supervivencia, lo retiene. Se te retienen grasas, se te retiene azúcar, se te retiene todo", desvelaba el de Sabadell (Barcelona). 

Sin dificultades para dormir

Por otro lado, Iban García y los colaboradores de En todas las salsas quisieron preguntar a Rubén Torres por una reacción habitual de los supervivientes al regresar a España: el no querer dormir sobre un colchón por estar habituados a descansar sobre el suelo de la playa. 

"Eso que dicen de dormir en el suelo... Para nada. Yo enganché el colchón y de locos. Sí que es verdad que se nota el silencio. A mí me gusta dormir en silencio y ahí, desde que entras, está el ruido de las olas y los pájaros. Y los cangrejos, que cada día se te suben tres o cuatro seguro", concluyó Torres.