Álvaro y Julia en ‘First Dates’.

Álvaro y Julia en ‘First Dates’.

Bluper

La escatológica justificación de un soltero a la hora de pedir el postre durante su cita en ‘First Dates’

Álvaro y Julia estudian Comunicación Audiovisual en Málaga, pero luego no tuvieron tantas cosas en común.

16 julio, 2024 23:16

Álvaro 21 años y viene de Málaga. Estudia Comunicación Audiovisual, aunque, de momento, no sabe si le gusta. Está soltero, y ha ido a First Dates a encontrar el amor, o al menos, una persona que le ría las gracias. En las relaciones se considera entregado, pues intenta tener a su pareja contenta, en la medida de lo que está a su alcance. “Si no la puedo llevar a Disneylandia por lo menos, a PortAventura”, comentaba.

Para él, el programa ha elegido a otra soltera que vive en Málaga, y que está cursando sus mismos estudios. Se llama Julia, y tenía 19 años. Comentaba al entrar en el restaurante que le suelen gustar los chicos morenos, aunque su expareja era rubia. En las primeras impresiones, Álvaro sintió un flechazo, y llego a decir que se había enamorado; ella, sin embargo, no se veía junto a su acompañante en el futuro.

Como es habitual, el encuentro entre los solteros ha transcurrido entre platos, y a la hora de pedir le postre ha pasado algo muy llamativo. Aunque la carta tenía dos opciones, Álvaro se decantó por una tercera, fuera del menú: fruta. A su acompañante le llamó la atención este hecho, y, con mucha sinceridad, él le dio una respuesta que no obvió la escatología: “Si me tomo cualquiera de los dos, me estoy cagando toda la cita”. Y es que es intolerante a la lactosa, de ahí que optara por fruta.

Durante la cita, ambos comprobaron que tenían en gustos comunes como el manga. Y hablaron de otras aficiones, como la lectura, o la música. En ese sentido, Julia detalló que canta y rapea en su tiempo libre, aunque a él no le gusta mucho ese género.

También hubo ocasión de hablar de intimidades. En la materia íntima, Álvaro reconoció que no sabía si era bueno, pero sí gracioso. Y ahí Julia le daba la razón: estaba disfrutando del encuentro, pero porque estaban todo el rato de broma, sin hablar de cuestiones serias.

No habrá segunda cita

En el tramo final de la cita, Julia fue al baño, y habló por teléfono con una amiga. Admitía que el chico le gustaba, pero que físicamente no. Además, tenía el problema de que "hay un chaval en la mesa de al lado que es que me encanta". Mientras, el estudiante de Comunicación Audivisual ya se veía pasando por el altar. “Me caso, ¿eh?”, llegó a decirle a Cristina, una de las camareras del formato.

Así, a la hora de decir si tendrían una segunda cita, Álvaro respondía de forma afirmativa, pero Julia le daba calabazas. Y para él fue un pequeño chasco, y quemó su última bala con el humor, preguntándole si cambiaría de opinión “si te lloro o te maúllo”.