A lo largo de las 11 temporadas de Tu cara me suena muchos son los cantantes profesionales que han participado como concursantes. Jóvenes y actuales, veteranos, emergentes. Incluso hay alguno que regresaba a la primera plana de la farándula tras unos años de cierto retiro. Sin embargo, no todos esos cantantes han sido imitados en el programa.
Generalmente, en Tu cara me suena, el pulsador asigna artistas que son reconocidos por gran parte de los espectadores, y que, además, tengan un sello personal que permita al concursante agarrarse a la actuación. Esta es la razón por la que hay artistas a los que se ha imitado casi cada edición, como Lady Gaga y Amy Winehouse. O David Bustamante.
Al cantante cántabro, al que conocimos allá por 2001 gracias a Operación Triunfo, lo han imitado Francisco, Daniel Diges, José Manuel Soto, Raúl Pérez, Gemeliers y Agustín Jiménez dentro del concurso. A eso hay que sumar la imitación de Rosco, el marido de Andrea Guasch, gracias a la casilla Trae a un amigo, así como la de Eugeni Alemany como invitado. Tampoco hay que olvidar al pequeño Samuel de Tu cara me suena mini.
Porque si a David Bustamante se le ha imitado tantas veces es porque es una de nuestras estrellas nacionales más importantes. Uno de esos que acumula discos de platino y de oro por la época en la que se vendían discos en grandes superficies y tiendas de música, y que sigue acumulando este tipo de reconocimientos en la actualidad, cuando las descargas y el streaming se han impuesto al formato físico.
Sirva todo esto para decir lo delicioso que ha sido ver a David Bustamante en Tu cara me suena no como imitado, sino como imitador. Y es que el intérprete de El aire que me das o No soy un Superman ha entendido que este espacio de Antena 3 es un regalo para sus participantes, no un programa al que hay que ir a sufrir. Y él lo ha gozado, y lo ha transmitido.
Muchas veces en Tu cara me suena hemos visto artistas que se hacían chiquitos en el escenario. Que padecían las imitaciones, que parecían estar deseando que el show acabase tal y como el ascensor paraba en las escaleras del plató.
A algunos, porque les da mucha vergüenza cantar y bailar disfrazados, a veces, de formas realmente hilarantes. Otros, porque se frustran, porque transmiten que el síndrome el impostor se apodera de su esencia. O porque piensan que con el programa no están ganando nada, sino más bien perdiendo aquello que han cosechado durante años.
Bustamante no ha sido Bustamante
David Bustamante, como decíamos, tiene un sello artístico más que significativo. Pero él ha sabido poner toda la carne en el asador, y demostrar que si está haciendo teatro con Ghost es porque sabe muy bien meterse en la piel de personajes. Que es un artista de renombre, sí, pero sin complejos, que sabe divertirse, y desdoblarse. Por eso, no ha habido una sola noche en la que Bustamante haya sido Bustamante. Siempre ha sido el artista al que tenía que imitar. Aunque se deje la piel y las rodillas en el escenario, como cuando hizo de los mexicanos Magneto.
No ha sido el concursante que más galas ha ganado, ni ha parecido importarle, tampoco. No es de esos participantes que arrugan el hocico si no reciben las votaciones que él se espera. Ha sido un ejemplo de deportividad, y también de humor. Porque ha dejado estampas que ya forman parte de la historia del programa, como el día que, vestido de Marifé de Triana, se puso a hacer flexiones.
Por todo esto, y por mucho más, David debería ser un ejemplo para que en el futuro más cercano otros cantantes de su mismo nivel, y superior, e inferior, se dejen caer por el clonador de Gestmusic. Como hizo Sergio Dalma de invitado en esta temporada, sin ir más lejos, y que ojalá verlo otro año participando semana a semana.
Porque Tu cara me suena es, en la actualidad, el mayor espectáculo musical de la televisión nacional, y el de Cantabria ha sabido aprovecharlo, sacándole todo su jugo, como antaño hizo con la academia de Operación Triunfo. Independientemente de lo que pase esta noche, en la que se celebra la gran final, él ya ha ganado, y nos lo ha dedicado.
Igual que, en otra forma, también ha ganado Conchita, otra de las finalistas de la edición. Y es que en la segunda semifinal Santiago Segura valoró que alguien como ella, “con una voz propia, un estilo, diga: pues me lo voy a dejar en casa. Voy a disfrazarme, voy a pasármelo bien. Eso tiene mucho mérito”. Y es que ella reconoció que Tu cara me suena ha sido, en su caso, hasta terapéutico. Porque gracias al meterse semana a semana en la piel de otra gente a la que admira, y le ha encantado, también se ha dado cuenta de que ser ella misma, con su forma de cantar y de moverse en el escenario también es único, y es un regalo que solo ha podido recibir gracias a ser concursante.