Íñigo Onieva y Tamara Falcó viven un gran momento personal. Hace ya un año, ambos protagonizaron una de las bodas del año de aquel 2023, y ahora, están celebrando su aniversario con una escapada a París. Tal como han explicado este sábado en D Corazón, han estado en un hotel en el que la noche vale entre “15 y los 45.000 euros”, y han desgustado un menú para dos personas en un espacio gastronómico que sale por 1.270 euros.
Sin embargo, este programa de RTVE ha asegurado tener una “decepción” con Íñigo Onieva, o, mejor dicho, con el restaurante que emprendió hace unos meses. Así lo introducía Anne Igartiburu, al conectar con su compañera Clara Rivas, desde redacción: “Estábamos un poquillo, por no decir bastante, decepcionados con Íñigo Onieva. Qué ha pasado, compañera”, preguntaba.
Clara Rivas, entonces, detalló que desde D Corazón han recogido muchas veces cómo el restaurante de Íñigo Onieva despierta opiniones dispares: que hay quien lo ve muy bien, pero otros lo consideran un tanto pretencioso, o que Íñigo es “un poco borde”. “Nosotros qué queríamos hacer. Pues ir a comprobarlo de primera mano. Hace justo un mes, el 20 de junio, hablamos con ellos, les dijimos que queríamos hacer un reportaje en el restaurante y nos dijeron que estupendo, que allí nos esperaban”.
Se pactaron las condiciones de la grabación, y se quedó en que la grabación se produciría el pasado miércoles. “Ni 24 horas antes, el martes, nos dicen de repente que nos cancelan la grabación. Les preguntamos que por qué, si llevaba un mes cerrada, y nos dicen ellos, a día de hoy, ya tienen una clientela fiel que vuelve una y otra vez al restaurante. Que no quieren abrir la veda a que se genere más ruido negativo a causa de esta entrevista”, desvelaba entonces Clara Rivas.
La periodista se preguntaba entonces que por qué no les han dejado grabar, si no tienen miedo a nada y creen que es un restaurante maravilloso. “Lo que más nos ha decepcionado y defraudado pues ha sido eso que nos lo cancelen tan in extremis, así que nada tendremos que seguir conformando nos con las opiniones de Internet”, añadía Rivas.
“Es tonto”
Ya en el plató, los presentadores y los colaboradores han debatido sobre esta actitud. “Quien haya respondido así es tonto, tonta o tonte. Pero es una malísima respuesta, porque sienten que van a decepcionar”, aseguraba Jordi González. Y el presentador vaticina que “antes de medio año van a pedir que vayamos, y nosotros tendremos algo que hacer”, aseguraba también.
Una colaboradora entonces atacaba las fotos que hay en redes sociales sobre los platos, asegurando que una tarta no es “nada apetecible”.
Fue entonces cuando Anne Igartiburu intentó que no continuasen los ataques. “Es increíble. Nos cancelan hacer una cata en el restaurante, y todos contra el restaurante. Si todo tiene una pintaza de la pera”, expresó la vasca. Sin embargo, Euprepio Padula señaló que todo es “un problema de educación”, por las formas y tiempos de cancelar el reportaje.