Una noche más, First Dates ha vuelto a congregar a solteros que buscan darse oportunidades en el amor. En esta ocasión, han sido Óscar y Sandra los que han tenido una cena para ver si lograban hacer match. Aunque ambos congeniaron, fue curiosa la manera en la que ella le frenó en seco al final de la cita.

Óscar tiene 30 años, es empresario inmobiliario y vive en Cádiz, aunque nació en Cantabria y ha vivido en varias ciudades españolas como Madrid. El propio soltero confesaba a las cámaras del programa que suele invertir mucho tiempo en sus parejas y que cuando no tiene a alguien a su lado, aprovecha para invertir más tiempo en sus aficiones.

El empresario le confesaba a Carlos Sobera que deseaba que su cita fuese una chica que le gustase el surf. “Es uno de los deportes que más practico y sería genial compartir esta afición con ella”, le comentaba al presentado. El dating show le propuso una cena con Sandra, ingeniera de 29 años y procedente de Madrid. A la veinteañera le encanta disfrutar mucho de su tiempo libre tanto a solas como con sus amigos.

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Al inicio, a Sandra no parecía gustarle mucho Óscar, al menos su peinado, dado que iba “demasiado repeinado”. No obstante, la impresión general fue positiva. De hecho, la ingeniera se ha mostrado receptiva a su cita. De la misma forma, el empresario tuvo buenas vibraciones de la soltera.

De hecho, ambos han disfrutado de una cena muy especial, entre risas y confesiones. Los dos han congeniado muy bien. De hecho, los dos llegaron a brindar por el amor. La chispa surgió gracias a que descubrieron que tenían muchas cosas en común. Es más, Sandra llegó a pedirle a Óscar que le llevase a algún viaje. “La veo muy honesta y tiene un punto de vista muy parecido al mío, que no es fácil. En ese aspecto súper bien”, expresaba el empresario.

'First Dates'.

Es más, tanta confianza los dos cogieron, que se hicieron una confesión picante. “Me encanta el sexo”, le confesó la ingeniera a su cita. El empresario le dijo que a él también le gustaba mucho. De hecho, no dudaron en expresar su opinión sobre las relaciones abiertas.

“Yo quiero descubrir si el tema de una relación para toda la vida es un sesgo o si es lo que es. Yo quiero que mi pareja sea libre en todos los aspectos y mirar si no tiene otras relaciones sexuales porque no quiere, no lo siente o porque está como prohibido”, argumentaba el empresario.

Tan buenas vibras les dejó la cena, que parecía evidente que los dos iban a querer tener una segunda cita. Tanto Óscar como Sandra admitían habérselo pasado genial y no dudaron en decir que sí a ese segundo encuentro. Ahora bien, la ingeniera se mostró inflexible sobre el contacto físico. El empresario fue a darle un beso en la mejilla (no en los labios) y la madrileña lo frenó en seco. “No me des un beso, una segunda cita, pero poco a poco. Yo no beso a cualquiera, no te flipes”, le expresó.