Con la llegada del próximo curso televisivo, Telecinco recuperará un programa que, en el pasado, fue uno de sus máximos estandartes: Gran Hermano, en su versión de anónimos. Una apuesta ambiciosa, para la que necesita un gran casting, y ya se han puesto manos a la obra para conseguirlo.
Un original tráiler itinerante comenzaba ayer una ruta por diferentes localidades de España con un claro objetivo: llevar al equipo de selección de Gran Hermano a diversas ciudades en busca de futuros concursantes para la próxima edición del reality en Telecinco.
Coincidiendo con la celebración del Día de Galicia, el tráiler efectuó su primera parada en A Coruña (25 de julio, explanada del Palacio de Deportes de Riazor) y visitará en próximos días Ribadesella (27 de julio, Paseo Princesa Leticia), Valladolid (29 de julio, Plaza de Zorrilla), Salamanca (31 de julio, Calle Úrsulas), Cáceres (2 de agosto, Plaza Mayor), Toledo (4 de agosto, Paseo de Sisebuto) y Cuenca (6 de agosto, Plaza Mayor).
Para que todo el mundo se entere de la vuelta de Gran Hermano, Telecinco ya ha comenzado a promocionarlo. Y, para ello, han tirado de nostalgia, recuperando uno de los mayores momentazos que tuvo lugar en su primera temporada, allá en el año 2000. Se trata de la frase “No lloréis, que me voy a casar con ella”, que dijo Jorge Berrocal.
En aquel primer año de la casa donde todo se ve y se oye entraron, de primeras, 10 concursantes: Silvia Casado, Israel Pita, Ania Iglesias, Iván Armesto, Ismael Beiro, Nacho Rodríguez, Vannesa Pascual, Marina Díez, María José Galera y Jorge Berrocal.
El primer romance de ‘Gran Hermano’
El amor estuvo muy presente aquel 2000 en Soto del Real, localidad madrileña donde se hacía entonces Gran Hermano. Nacho y Vanessa acabaron juntos, Silva e Israel, también, pero los primeros en besarse ante las cámaras y vivir un romance “delante de toda España” fueron Jorge y María José.
Fue una relación intensa, en la que él llegó a afeitarle las piernas a la sevillana ante las cámaras. Rozaba lo empalagoso lo que vivían ambos, especialmente, Jorge, que tenía una dialéctica muy particular para narrar todo lo que pasaba por su cabeza.
En la primera ronda de nominaciones, los concursantes decidieron hacer un pacto, para todos acabar en la cuerda floja y que la audiencia decidiese. Y el público eligió que se fuese María José Galera. Eso fue un mazazo para ella, pero más todavía para Jorge.
Todos lloraban en aquella despedida, y, para calmar a sus compañeros, Jorge Berrocal pronunció la mítica frase de “no lloréis, que me voy a casar con ella, no lloréis”. Con ella, con María José, a la que conocía desde hacía diez días. También dijo entonces la de “los 20 millones van a ser para ti, para ti y para tu hija”. “Aguanta, Jorge, aguanta”, le pidió ella. Esa aciaga noche también fue cuando Jorge exclamó eso de “¿Quién me pone la pierna encima para que no levante cabeza? ¡Quién!”.
Finalmente, Jorge abandonó el concurso, pues no soportaba estar sin María José, por lo que no ganó los 20 millones del premio. Tampoco se casaron. Acabaron la relación como el rosario de la aurora, y la relación no mejoró cuando hicieron pareja en El reencuentro. De hecho, ella acabó abandonando “por motivos personales”.