Uno de los momentos más significativos de toda recta final de Supervivientes es el apagado de la palapa. En el caso de Supervivientes All Stars, se produjo en la misma gala final, ya que era la primera que se emitía íntegramente desde Honduras. Como es tradición, la presentadora desde los Cayos Cochinos, Laura Madrueño, puse el broche a la edición 'leyendas' del formato de telerrealidad.
"Han pasado casi 5 meses desde que esta nueva palapa se encendiera por primera vez. Esta edición hemos tenido la oportunidad de vivirla con 10 supervivientes, convertidos en grandes estrellas de esta aventura. Situaciones extremas, condiciones límite, juegos imposibles y momentos inolvidables", comenzaba diciendo Madrueño.
Como señaló la conductora, estas seis semanas, "este gran templo de piedra, fuego y agua se convertía en testigo de todas y cada una de las historias" de los robinsones. "Este lugar emblemático de los Cayos Cochinos volvía a recordarnos semana tras semana por qué merecía la pena", asumía Laura.
La madrileña quiso dar gracias a los espectadores que han acompañado "desde el otro lado" al enorme equipo que hace posible el 'reality show' de Telecinco: "Esperamos, de corazón, haberos emocionado, hecho reír y llorar. Gracias por haber compartido con nosotros este trabajo que tanto amamos".
Eso sí, el agradecimiento más especial se lo ha dedicado "a las más de 200 personas que hace 5 meses dejaron atrás sus vidas a 9.000 kilómetros" de España "para hacer algo irrepetible". Cabe recordar que Supervivientes 2024, que arrancó el pasado 7 de marzo, y su versión All Stars se han emitido casi seguidas. Esto es, con apenas dos días de separación entre el cierre de una y el comienzo de otra.
"En este lugar, he aprendido que la vida puede ser mucho más gracias a todos vosotros. Cada día que hemos pasado trabajando juntos he seguido admirando el trabajo impecable que hacéis para que el mejor programa de la tele se haga realidad. Gracias a todos por formar parte de este viaje, de una aventura que, de nuevo, me ha hecho vibrar cada día y que me hace sentir una auténtica privilegiada", aseguraba la periodista, entre lágrimas.
'La Yemayá de Chamberí', como cariñosamente la apodó Jorge Javier Vázquez, abandonó el lugar agradeciendo otra vez "el esfuerzo incansable" del equipo: "Gracias por dar sentido a todo esto, al programa más difícil de la televisión y a la experiencia más dura, más complicada y, a la vez, más feliz de nuestras vidas".