Si hay algo que gusta en televisión, es la espontaneidad. Es lo que se ha vivido esta semana en Andalucía Directo. El programa de actualidad que busca hablar de la realidad de la sociedad andaluza enfocado en temas sociales, quiso rendir homenaje a una pareja que llevaba regentando durante más de 50 años un emblemático ultramarinos en el barrio gaditano de San Fernando. Lo que parecía un reportaje sencillo ha terminado en un momento que roza en ‘tierra, trágame’, con ‘censura’ incluida.
Este pasado martes 20 de agosto, Modesto Barragán daba paso a un relato de lo más entrañable, el matrimonio formado por Juan Antonio y Rosa decidía cerrar su ultramarinos para jubilarse y disfrutar de sus días doradas. Tras más de 50 años sirviendo al barrio, ambos buscaban un retiro más que merecido. Por ello, el programa quería rendirles tributo.
La conexión estaba con la pareja y una clienta habitual del ultramarinos. Todo parecía una noticia habitual y no trascendió más allá de las declaraciones de los vecinos y clientes, que echarían de menos el local que echa el cierre. Se trataba de un ultramarinos que no seguirá la tradición familiar, dado que el matrimonio ya lo había heredado por parte de sus familiares.
No obstante, fue en redes sociales donde Canal Sur mostró que el reportaje fue más complicado de hacer. A diferencia de otras conexiones, ésta fue completamente grabada y fueron las ‘tomas falsas’ lo que mostró el programa en sus redes sociales. En X (antes Twitter), se pudo ver cómo la reportera encargada del reportaje tuvo que cortar varias veces a la clienta que estaba junto al matrimonio. Todo porque no dejaba de decir una palabra malsonante que podría haber ocasionado una queja entre el público por horario infantil.
La periodista le preguntaba a la clienta, de nombre María, por qué le traía “un plátano todos los días a Juan Antonio”. La entrevistada, muy espontánea ella, exclamó un natural “¡c**o!”, dándose cuenta de que había dicho una palabra malsonante, haciendo el gesto de que se sellaba los labios.
“Vamos a repetirlo, porque en la tele no se pueden decir palabrotas”, comentaba la reportera, provocando otra reacción espontánea de María: “Pero es que yo digo palabrotas”. Lejos de molestarse, la mujer se mostró colaborativa para hacer bien la conexión. La reportera volvió a preguntarle, pero la clienta volvió a cometer el mismo error: “¡C**o, porque le gustan!”
“Pero no diga eso, que tengo que quitar lo de las palabrotas”, repetía la periodista. Una situación de lo más divertida y que provocó que Rosa, la dueña del ultramarinos, comenzase a reírse. Finalmente, pudo decir las mismas declaraciones, pero sin palabras malsonantes. “Porque le gusta y es muy bueno”, expresó. Una versión que fue la que se vio en directo.