La abrupta cancelación de Babylon Show se ha convertido en una de las noticias de la semana. Solamente 13 han sido las entregas que ha tenido el formato, despidiéndose del público este pasado 11 de septiembre. Aunque se ha alabado la manera en la que Carlos Latre echó el cierre, con palabras muy auténticas, parece que no todos los miembros del equipo del formato se han tomado con la misma deportividad la supresión del espacio.
Mario Revuelta, quien en su perfil de LinkedIn se define como director del equipo de talento y contratación artística de Babylon Show, ha estallado en esta misma red social contra el abrupto cese de emisiones. “[El programa] ha echado el telón, de on pasamos a off. 13 días nos han dado para competir contra la inercia y maquinaria de 2 claros competidores, que llevan emitiéndose 19 y 6 años, respectivamente. Los programas de televisión no son perfectos desde el primer día”, expresaba.
“¿Qué se han hecho cosas mal en cuanto a contenido, secciones, humor, colaboradores o invitados? Seguro, programas tan grandes tardan en engrasarse. Pero Babylon Show ha ido puliéndose y mostrando flexibilidad en estas dos semanas y, ha habido capítulos realmente entretenidos y dignos. Con la retirada del formato, he vuelto a constatar dos grandes verdades de la televisión que se repiten demasiado”, prosigue.
“Primero, es preocupante y ciertamente indignante que las cadenas negocien tan a la baja los presupuestos para dar luz verde a un programa tan enorme como Babylon Show y sorprende la poca paciencia que tienen al medir sus resultados. No se pueden pedir estrellas de renombre, decorados espectaculares, llenar el plató de cosas, humor original y mordaz, ser originales sin perder la esencia, meter 1.000 elementos y colaboradores si no pagas por ello y la promoción que se permite hacer a los artistas es paupérrima”, manifestaba.
“Los directivos de televisión piden oro desde el minuto uno, pero no dan herramientas para conseguirlo, porque los presupuestos, recursos y equipo se cierran a mínimos. Es como pedirle a un bar de barrio que prepare la cena de 800 jefazos de la ONU en 2 horas, con todo perfecto a la primera. Así no se puede”, proseguía.
“Segundo. De acuerdo, la televisión se hace para ser vista y las audiencias mandan, pero se nos olvida que, si no nos gusta lo que emite, hay una rápida y sencilla opción: cambiar de canal. [Me llena de] orgullo [de] no tener redes sociales […] sólo LinkedIn por su evidente utilidad profesional, pero me asombra la maldad, el escarnio y el deseo de fracaso que nos ha transmitido gente anónima desde el minuto uno, incluso antes del estreno, tanto en esas redes como en comentarios en medios de televisión y hasta nacionales”, exclama.
“Que esas personas no tengan nunca un tropiezo, por favor. Que nunca se les detecte un error ni nadie ponga en duda su valía sobre cómo tienen que hacer las cosas, que para eso está el equipo de Babylon Show. 200 personas que han luchado hasta 16 horas al día para que el programa fuera cada día mejor”, continuaba.
Revuelta dejaba una última reflexión. “¿Moraleja? Trabajar en televisión se está convirtiendo en una trampa, una amenaza a la salud mental situada entre el disparate, la locura, la vanidad descontrolada y cierta esclavitud. Seguro que quedan algunos reductos donde se puede trabajar en televisión con intensidad, creatividad, respeto y hasta disfrute, pero no sé dónde están”, comentaba.
“Si eres CEO o productor ejecutivo de alguna de estas empresas, llámame. Aquí tienes a un periodista sénior, imaginativo, conseguidor, bilingüe, con la mejor agenda de España y una memoria audiovisual que flipas. Dame un buen proyecto y volaremos. Si no, gracias por tu interés en mí, pero hace tiempo que no todo vale por trabajar en televisión. En fin, cierro etapa, abro otra. Gracias”, concluía.
La primera semana de su emisión, Babylon Show tuvo datos prometedores. El formato obtuvo un 10,1% de share y 1.012.000 espectadores en su estreno y marcó récord de cuota el pasado viernes 30 de agosto con un 10,5% de share con la visita de los Hombres G. Sin embargo, tras el regreso de Pablo Motos y El Hormiguero, el formato se hundió, llegando a tener un 4,1% de cuota el pasado 4 de septiembre. Ya con el estreno de La Revuelta, Babylon Show llegó a tener apenas un 3,1% de share y 400.000 seguidores, datos que terminaron condenando al programa.