Pese a tener 17 años, Lamine Yamal dio toda una lección en El Hormiguero de Pablo Motos. El futbolista del FC Barcelona y el nominado más joven al Balón de Oro demostró un saber estar atípico de un chaval de su edad ante más de tres millones de espectadores. El programa, por cierto, fue el más visto de lo que llevamos de temporada.

El delantero culé empezó desvelando que, debido a su fama, no puede ir de compras. "Suelo hacerlo online porque está difícil. Ahora mismo no puedo tomarme algo tranquilo en una terraza". Motos, después, se interesó por lo que le dijo Felipe VI cuando bajó al vestuario para felicitar a los jugadores de Luis de la Fuente tras ganar la Eurocopa. "Me preguntó qué edad tenía, le dije 16 y todo el mundo empezó a reírse", contestó.

Más allá del fútbol, Pablo Motos quiso saber qué es lo que le hace mantener los pies en el suelo, pese a que su valor de mercado oscile los 120 millones de euros, según Transfermarkt. "Ir a casa de mi madre y que me diga: 'Ponte las chanclas, recoge esto, haz la cama", dijo. "Manda más que mi representante".

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Yamal siempre tiene en la boca Rocafonda, el barrio de Mataró donde se crió. "Mi barrio, al final, es todo. Ahí está mi familia, mi abuela, mis primos. Allí he aprendido muchas cosas. He tenido mis valores ahí y mi educación. Para mí es todo", dijo. Recordemos que siempre hace el '304' con sus manos cuando marca, porque son los tres últimos dígitos del código postal.

"He aprendido a jugar al fútbol allí. Mi primo mayor, al que mi abuela le obligaba a llevarme al parque, me ponía siempre de portero. Pero me las llevaba todas en la cara", aseguró riéndose Lamal, que también confesó que TikTok es su fuente de inspiración para sus celebraciones. 

"Me quiero comprar un pulpo"

Por otra parte, Pablo Motos recordó a la audiencia que se sacó la ESO durante la concentración de la Selección en la Eurocopa. "Al menos he aprobado", dijo Lamal, algo resignado porque "después de los partidos, Pedri y Nico [Williams] jugaban a la Play, y yo me tenía que ir antes porque tenía deberes". "Todo era euforia y, de golpe, tristeza: tenía matemáticas", agregó.

El único atisbo de su corta edad llegó al final de la entrevista, cuando desveló el único capricho que tiene en mente: "Me quiero comprar un pulpo. Lo quiero tener. Tengo pensado lo que quiero, pero no sé si a mi madre le va a gustar. Posible es lo que tenga, imposible que me deje".