Cruz Morcillo, Carlos Quílez y Bea Osa.

Cruz Morcillo, Carlos Quílez y Bea Osa.

Bluper

El 'true crime' llega a laSexta: "El mal fascina, es algo que está en los manuales de los grandes criminólogos del país"

El canal estrena este miércoles 18 (22.30) #CASO, un 'true crime' pilotado por los periodistas de sucesos Carlos Quílez, Cruz Morcillo y Beatriz Osa.

18 septiembre, 2024 02:07

Con el true crime en su máxima popularidad, laSexta reúne a tres de los periodistas más reconocidos en el campo de la información criminal: Carlos Quílez, Cruz Morcillo y Bea Osa. Lo hace en #CASO, una serie documental que llega al prime time de la cadena de Atresmedia este miércoles 18 (22.50). Seis sucesos constrastados son analizados en cada capítulo de una producción que busca salirse de lo convencional y apostar por una estructura con espíritu de crónica negra y en la que el rigor periodístico está muy presente.

Cada episodio de #CASO plantea tres clásicas preguntas sobre el crimen: ¿quién? ¿cómo y ¿por qué lo hizo? Un punto de partida en el que los tres colaboradores de Y ahora, Sonsoles unen su experiencia para convertirse en narradores de las historias más sobrecogedoras de la crónica negra española. “Fue una oferta que recibí por parte de la dirección de Atresmedia. Me pareció una propuesta de lo más seductora”, explica Quílez en conversación con BLUPER.

“Es un proyecto que forma parte de mi vida, son 35 años informando sobre historias de sucesos. Es un tipo de formato que voy a hacer por primera vez”, señala Quílez. “A mí me lo propusieron al poco de fichar por la cadena. Fue Luz Aldama [directora de programas de entretenimiento de Atresmedia]. A Carlos y a Bea ya los conocía, pero no habíamos trabajado junto como lo hemos hecho con este formato. Además, se dio la coincidencia de que los tres estábamos trabajando también con Sonsoles Ónega”, detalla Cruz Morcillo.

Éramos compañeros, pero todavía no éramos amigos”, añade. “Me era imposible decir que no”, expresa Bea Osa. “Era la posibilidad de narrar historias que, de una manera u otra, habíamos trabajado ya con ellas, pero ahora era verlas desde otro enfoque. Son casos que fueron conocidos pero se perdieron en el tiempo, también hay otros que se resolvieron pero tuvieron a gente que estuvo mucho tiempo queriendo saber qué pasó”, prosigue. “Estaría loca si no hubiera aceptado entrar en este proyecto”, apostilla.

Precisamente, la selección de los casos asombra. En este primer episodio, titulado La base, se analiza lo sucedido con Mercedes Lázaro, una joven de 25 años que apareció estrangulada en el garaje de su casa el 5 de marzo de 1992 en Zaragoza. Un suceso en el que estuvo involucrada la base estadounidense que había la capital aragonesa. Un crimen conocido, pero que quedó enterrado en el tiempo, como otros que se narrarán en esta primera tanda.

Carlos Quílez en una imagen de archivo.

Carlos Quílez en una imagen de archivo. Atresmedia

“Estos casos son la clave de lo que es el espíritu del proyecto. ¿Por qué hemos seleccionado estos crímenes y no otros? Llevo 35 años trabajando con información judicial, policial, de investigación. Cruz y Bea, otros tantos. A lo largo de nuestra experiencia, hemos visto centenares de historias policiales, centenares de crímenes, de sumarios. Muchos tuvieron relevancia, pero no llegaron a ser excesivamente mediáticos”, analiza Quílez.

“Sin embargo, tienen una singularidad y un componente extraordinario que los hace diferentes. Hemos seleccionado casos que cuenten con estos factores y que sean muy exponenciales, pero que no sean ultra conocidos. Huimos del Crimen de Pioz, del Caso Asunta, del de la Guardia Urbana. Es decir, de sucesos tan mediáticos que ya resulta difícil aportar algo distinto. En este primer episodio, lo hemos llamado el Caso de la Base, por tener como epicentro la antigua base estadounidense de Zaragoza”, expone el periodista.

“Muchos de los casos tuvieron relevancia, pero no llegaron a ser excesivamente mediáticos”

“Una de las cosas que más me gustó, ya cuando terminó de constituirse el equipo de dirección, guionistas y redactores, fue cuando comenzamos a seleccionar el tipo de casos que elegimos. Son hechos que apenas se han abordado, a excepción de alguno. No sólo han estado presentes en un 'true crime’, sino que tampoco han estado presentes de forma muy mediática en la prensa”, añade Morcillo.

Furor por el 'true crime'

Aunque el true crime es un género que ha estado presente desde hace mucho tiempo, está viviendo una etapa de máxima popularidad. “La crónica negra está de moda. Hay una frase que preside mucho este caso y que me llamó la atención. La comentábamos en la reunión y es de un escritor muy reputado. Esta dice: ‘Aunque a ti no te guste el crimen, al crimen le gustas tú’. En el ser humano, existe una fascinación por el mal”, argumenta.

“Pero por el mal de verdad, aquel que puedes encontrarte en la panadería, la gasolinera o la farmacia. La maldad es una parte intrínseca de la condición humana”, señala el autor. “Se le puede llamar morbo, pero no en el sentido peyorativo, sino en el más excitante. Los psicópatas son seres seductores. Hay fascinación por esto. ¿Cuántos casos se conocen de reclusos o reclusas que se acaban enamorando de funcionarios o funcionarias de prisiones?”, prosigue Quílez.

Cruz Morcillo en una imagen de archivo.

Cruz Morcillo en una imagen de archivo. Atresmedia Televisión Atresmedia

“El mal atrae y esto es algo que está en los manuales de los grandes criminólogos del país”, afirma el periodista. “Por mi dedicación de casi 30 años en los sucesos, lo que creo que llama del true crime es que le puede pasar a cualquiera. Se habla de traumas, robos, asesinatos, violaciones, atracos o víctimas de trata”, añade Morcillo. “Pero la gente se siente cercana, concernida”, continúa.

“Por otra parte, la sangre, el sufrimiento y el dolor están triunfando desde la época del Imperio Romano. La gente iba al circo a ver morir a personas. Esto era mucho más salvaje que cualquier true crime actual. O tras la Revolución Francesa, cuando había público para ver cómo mataba la guillotina o en los países donde se permite que haya personas viendo cómo se le aplica la pena de muerte a un reo”, argumenta.

“Está ese componente de morbo y de dolor que se acerca a la muerte. Aquí está el otro atractivo, la muerte es la otra cara de la vida. Eso siempre ha atraído al ser humano. Nosotros no hemos inventado nada”, expresa la periodista.

Rigor periodístico

Precisamente, lo que destacan los tres comunicadores es que el auge de la popularidad del true crime implica un mayor rigor y seriedad con los casos, demostrando que el género tiene que guardar un equilibrio entre lo narrativo y lo periodístico. “El propio formato nos sugiere un altísimo grado de rigor, que es una máxima en cualquier trabajo periodístico. En este caso, es uno de primera magnitud al que se le añade un barniz de arte comunicacional”, señala el autor barcelonés.

“En este trabajo, tanto Cruz como Bea y como yo hemos puesto lo mejor que tenemos de nuestro periodismo al servicio de un formato en el que el componente rapsódico y artístico es primordial”, expresa Quílez, compartiendo que considera cada capítulo de #CASO como “artesanía televisiva”.

“El auge de la popularidad del ‘true crime’ implica buscar un mayor equilibrio entre lo narrativo y lo periodístico”

“Me parece que es la esencia del periodismo de sucesos: el rigor informativo. En estas situaciones, hay que orillar la opinión y es el gran hallazgo que encuentro en este proyecto. Además, contamos como protagonistas con policías, forenses, jueces, abogados… En el caso de los jueces, es difícil que hablen así de los casos. Hay mucho rigor”, argumenta Morcillo.

“Esto se refleja hasta en la manera en la que narramos. #CASO tiene una factura técnica impecable y la realización no podía parecerme más preciosa, es muy elegante. La serie tiene ese punto de sobriedad que tanta falta hace a los sucesos. Es dar un paso atrás en la espectacularización y un paso adelante en la contención y en la información. Es mi manera de entender los sucesos”, comparte la comunicadora.

Bea Osa en una imagen promocional de '#CASO'.

Bea Osa en una imagen promocional de '#CASO'. Atresmedia

“A mí el true crime que no me gusta es el de las teorías alternativas, que ahora a la gente le gusta mucho. El true crime necesita un tiempo de maduración. Lo ideal sería incluso que el caso estuviera ya juzgado, que no siempre ocurre. Estos productos parten de algo real y buscan crear una alternativa. Hay público al que le gusta, pero yo lo detesto, porque eso no es rigor, sino espectáculo”, señala Morcillo.

“El reto del true crime es que no sólo hay que ser riguroso y preciso con la realidad, sino con toda la verdad que se ha plasmado. Es difícil reflejar lo que ha sucedido realmente. Salvo que haya habido una cámara que lo haya reproducido todo, toca reconstruir el crimen. Aquí está lo importante de los testimonios, de los grupos de homicidios, de la investigación, de lo que ha dictaminado el juez”, expresa Bea Osa.

Por supuesto, en medio de tantos sucesos, toca preguntarse si el caso Sancho entraría en lo que se define como true crime. “Ya está adaptando forma de ello. Creo que no tardaremos mucho en verlo escrito en forma de novela o de libro de no ficción. Es magnífica munición para una historia de true crime”, señala Quílez.

Documentación e investigación

#CASO ha tenido un proceso largo de documentación y reconstrucción de los hechos, con el que se ha dado tiempo a que el rigor y la profesionalidad sean los que terminen creando una narrativa. “Para hacer estos primeros ocho capítulos, hemos tenido diez meses. Implica la localización de los temas, la búsqueda de los protagonistas. En los temas, es hallar sumarios, atestados policiales, declaraciones, documentos judiciales, todo lo que esté relacionado”, detalla Quílez.

“Han sido diez meses de trabajo para ocho episodios. Ha sido un trabajo muy artesanal”

“Diez meses para ocho episodios. Por eso digo que ha sido un trabajo muy artesanal el que se ha hecho. Todo gracias a Luz Aldama y a su equipo, bajo la dirección de José Ángel Montiel. Es un producto en el que nada es casual, en el que la noche es negra, en el que ese ambiente criminal se masca, donde va a haber blues y whisky. Va a haber lo más auténtico del crimen y la mala vida”, expresa el periodista.

Como sucedió con otros formatos como Anatomía de…, queda por saber si Atresmedia apostará porque haya más tandas de #CASO tras su primera temporada. “La voluntad de la cadena es que esto sea el principio de varias temporadas en las que podamos desgranar más sucesos que eviten que la gente se vaya pronto a dormir. Hemos puesto el embrión de algo que puede ser muy interesante. Todos estamos trabajando en el proyecto con esa vocación”, concluye Quílez.