En las pausas publicitarias de Ni que fuéramos Shhh en el canal TEN, el programa sigue emitiéndose a través de YouTube y Twitch. Y en el primer corte de este jueves, Javier de Hoyos se ha puesto frente al ordenador con Aída Nízar, a la que se ofreció a enseñarle cómo se hacen las encuestas. El periodista pidió a la vallisoletana que lance una pregunta, y ella propuso que fuese: “¿Adoráis a Aída Nízar?”.
“A quien me adore le seguiré en Instagram”, aseguraba Aída, si bien su compañero le corrigió de que no habría manera de saber quién ha votado qué. “Tú me has dicho que yo manipulo las encuestas, y tú estás diciendo: lo voy a seguir en Instagram. Yo no estoy tocando nada”, le advertía Javier.
Poco a poco comenzaron a aparecer votos, en este caso, en YouTube, y la encuesta era clara: el público decía en un 20% que adoraba Aída, y un 80% no. Al principio, Aída pensó que el respetable estaba de su lado, pero luego se dio cuenta de que no era así, y se mostró ofendida. “¿Queréis que me vaya? A mí ya me van a pagar igual”, lanzaba al público.
Aparentemente enfadada, se dirigió al director del programa, Valldeperas: “David, como salga esto que quiere que me vaya yo me largo, ¿eh?”. Javier de Hoyos propuso entonces hacer una nueva encuesta, esta vez en Twtich, y allí preguntó si querían que se fuese Aída del plató. Y, de nuevo, volvió a salir que preferían a Aída fuera que dentro.
La hija de Marí Ángeles Delgado intentó maquillar los resultados, pero Javier de Hoyos no le permitía mentir. “¡Me largo! ¡Me largo!”, gritaba Nízar, que tenía la boca llena de golosinas. “¡Se acabó! ¡Yo no estoy donde no se me quiere!”, insistía.
"Se me paga igual"
Javier de Hoyos le decía que a los espectadores hay que ganárselos poco a poco, que a él mismo le piden que se vaya a veces: “No podemos caerles bien de primeras”.Y ante esto, Aída habló alto y claro. “Yo a ustedes no les quiero caer bien. Yo aquí vengo a trabajar y a entretener. Mis amigos están en otro lado, que yo no vengo aquí a hacer amigos. Si sale que quieren que me largue yo me largo, porque yo no estoy donde no quieren que esté. A mí se me paga igual”, insistía.
Estas palabras hicieron gracia a Kiko Matamoros, que le preguntó por ese pago. “Yo he venido”, se justificaba ella. Finalmente, aunque las encuestas no le eran favorables, la que fuese participante de Gran Hermano continuó en el programa como colaboradora.