El Hormiguero cerró la entrega de este lunes, 30 de septiembre, con su habitual tertulia cómica. Pablo Motos animó a Susi Caramelo, Marron, El Monaguillo y Luis Piedrahita a comentar alguna situación en la que hubieran usado un objeto para un fin que, en principio, no era el suyo. 

Sin lugar a dudas, la anécdota de la cómica fue la más sorprendente de la noche. "A mí esto que voy a contar me da un poco de vergüenza, la verdad", reconocía, antes de asegurarse de que Andrés Velencoso, uno de los invitados de este lunes, ya había abandonado el plató. 

"Vosotros me dais igual, pero él no", soltaba Susi, sin filtro alguno, para luego confesar su problema: "A ver, yo vengo arrastrando una fisura anal desde que tenía 14 años". "Pero, ¿arrastrándola?", le preguntó Marron, entre la sorpresa y el humor. "Suena muy raro", admitía la colaboradora del programa de Antena 3.

"Resulta que, cuando era una niña, debí hacer caca XL, y eso no estaba preparado todavía. Tengo temporadas en las que eso se abre y no cicatriza. Sabéis que es una zona 'fandangosa", proseguía la de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). 

Al parecer, la humorista solicitó información para operarse, pero esta consistía en que le hiciesen "cuatro fisuras más y defecar en forma de estrella". "Me lo ofrecieron, pero me dijeron que podían salir mal muchas cosas. Literalmente, se me podían escapar los pedos. Y yo soy natural, pero no tanto", explicó Susi.

Marron y Susi Caramelo, en la tertulia cómica de 'El Hormiguero' Atresmedia Televisión

"Me acordé de un documental de una chica que tenía problemas de flatulencias. Se iba a casar, ella vestida de novia, su padre llevándola al altar, el novio esperando... Y ella 'pedorreándose' por todo el pasillo. Yo no quería ser esa señora", señaló la tertuliana de Atresmedia. 

La solución de Susi

La que fue reportera de Las que faltaban (Movistar Plus+) pronto buscó un remedio poco ortodoxo: "Solo me calma una cosa, ponerme cosas congeladas. ¡En el ojete, Pablo, en el ojete! Hubo una temporada que yo vivía con un grupo de compañeras en Chueca y tenía una que era alemana. Ella se compraba salchichas muy buenas, en el mercado". 

"No tenía nada que echarme a las nalgas, así que le robé una salchicha congelada. Es que las Óscar Mayer son medida española... Aquello se descongeló por la noche y por la mañana me encontré al gato de la casa oliéndome el culo. Debió reconocer el olor", expresó Susi, desatando las carcajadas de los allí presentes.