Esta vez sí. Gran Hermano ha vuelto a Telecinco y lo ha hecho por la puerta grande, o al menos todo lo grande que puede ser teniendo en cuenta la actual fragmentación de la audiencia y una competitividad que hacía años no se recordaba en televisión al inicio de una nueva temporada.

Mediaset España puede estar satisfecha por haber resucitado, al auténtico Gran Hermano. Sin coletillas en el nombre, sin vueltas de tuerca innecesarias y sin famosos. Además, tal y como ha confesado la propia Mercedes Milá, el formato pudo haber recuperado a su presentadora original. Finalmente, la comunicadora no aceptó la oferta.

El reality producido por Zeppelin TV era toda una prueba de fuego en la nueva temporada de Telecinco. Y lo cierto es que el programa está siendo un verdadero pilar para la cadena en su prime time -junto a De Viernes y Got Talent- con su ración triple semanal.

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Según datos de Kantar Media, la gala de los jueves que presenta Jorge Javier Vázquez suma un millón de fieles y una media del 16,7% de share, lo que le ha convertido en líder de la noche. El Límite 48 horas tampoco ha soltado el mando los martes pese a tener enfrente a la serie Hermanos, al liderar con un 14%.

Y los debates del domingo con Ion Aramendi conservan el número de fieles de entre semana sumando una cuota del 13% share en una ajustada batalla contra La película de la semana y Una nueva vida, la nueva serie turca que ha empezado con buen pie en Antena 3.

Maite, concursante de GH 19

Por lo tanto, las cifras arrojan una lectura clara: la actual edición de Gran Hermano está gustando a la audiencia. Y la clave es el estupendo cásting -se cerró hace tan sólo unos días con un giro histórico- que han hecho la productora y la cadena de Fuencarral.

Si hay algo por lo cual fracasó Gran Hermano Revolution y por lo que también empezó a flaquear el formato en la edición de 2016, fue por un casting flojo que la audiencia en foros y en redes sociales criticó desde el primer momento. Pero eso no ha ocurrido ahora.

Perfiles auténticos, no 'viceversos'

Tras siete años de descanso, Zeppelin ha conseguido dar con personalidades que, de un modo u otro, han llegado a calar en la audiencia. Aunque, posiblemente, la mejor decisión haya sido dejar durante varias semanas a los 19 concursantes en la casa para que los espectadores los conozcan lo suficiente para saber si realmente son merecedores o no de pasar al casting final.

GH 19 no peca como sí lo han hecho otras ediciones que repetían patrones demasiado viceversos y resabiados. Más preocupados en labrarse una carrera mediática tras su salida de la casa que en vivir la experiencia, que es de lo que se trata.

Vanesa y Javier en la casa de 'Gran Hermano'.

Han sido tres semanas donde el público ya ha podido ver, gracias a la casa secreta o de segundas oportunidades, cómo era un error echar a la calle a la primera de turno al gran favorito, Óscar, objetivo de críticas y desplantes de una parte de la casa.

También como otros concursantes como Daniela pueden superar la irrelevancia al principio y descubrirse como una de las nuevas favoritas de los espectadores. Y saber que aún es demasiado pronto para echar a Vanessa y darle una nueva oportunidad por su cuestionado protagonismo dentro de la casa.

Completo y variopinto

El casting es completo y variopinto. Con concursantes que no pecan de excesiva juventud como en otras ediciones y que se muestran sin filtros. Por un lado, los considerados como los villanos de la edición (Elsa, Maite, Ruvens…) y por otro, aquellos que se han convertido en los más queridos por los espectadores (Maica, Violeta…). Aunque eso sí, aún faltan meses por delante de concurso y todo puede cambiar.

También hay personalidades que aún no han mostrado del todo su verdadera cara (Laura, Silvia, Jorge, Juan…) y que podrían dar la sorpresa, para bien o para mal, con el paso de las semanas.

Un mes donde GH ha tenido carpetas, favoritos, peleas, frases antológicas, escenas subidas de tono, abucheos desde el plató y fans con megáfonos en los exteriores de Guadalix. Gran Hermano en estado puro.

Un casting que ha ayudado a resucitar un formato y todo un emblema de la historia de Telecinco, que no estaba muerto. Simplemente faltaba revivirlo con ganas y con atino.