Iker Jiménez está en plena forma en Cuatro. Después del gran dato que hizo el jueves Horizonte -tenía a Conspiranoicos como nuevo rival-, Cuarto Milenio registró máximo de temporada este domingo con un 7,5% de share y una audiencia media de 771.000 espectadores en Cuatro.
En su comentario final, el periodista realizó una interesante reflexión sobre la industria y el éxito. Para ello, Jiménez recordó su época como reportero del programa Zoom hace 28 años y su debut en Cuatro. "Descubrí lo que significa socialmente la televisión cuando empezó Cuarto Milenio", empezó diciendo el vasco.
"Tras el primer programa, bajé al súper para comprar yogures y dos señoras dijeron 'ese debe ser bueno, entonces", rememoró Iker Jiménez, dando a entender que las mujeres pusieron en valor la marca del producto únicamente porque el presentador los había cogido. "La televisión parece que tenía una potencia enorme sobre el criterio de la gente".
"Supe, de inmediato, que nada iba a ser exactamente igual", aseguró para reflexionar a continuación sobre cómo "la industria puede configurar una persona". Fue entonces cuando el presentador sacó a relucir el nombre de Isabel Aaiún, más conocida como La Potra Salvaje, la revelación del verano en el panorama musical.
"Pensé que la canción iba a ser una de tantas. Y, resulta, que no era nada de la banalidad que nos invade", prosiguió Jiménez en su comentario compartiendo con su público su asombro cuando descubrió en un reportaje de la televisión estadounidense que la artista era cetrera.
"No era banal"
"Esta chica vivía en Segovia en un pueblo. Era la antítesis de todas las cantantes que nos invaden, y me parece muy bien", continuó para recordar cómo la canción pegó un pelotazo cuando la Selección Española la hizo propia para celebrar la Eurocopa. "He visto imágenes de ella cantando en el acueducto, y no había nadie".
"Había algo de ella que no era banal, algo no preconfigurado con la industria, el mismo vestuario, las mismas mechas, movimientos (...). Era algo que se salía de la industria. Por eso era raro que con el boca oreja tuviera este éxito una canción peculiar", prosiguió argumentando, confesado que, de camino al plató, venía escuchando en "bucle" la canción.
"Cuando supe que vivía en su casa del pueblo, cómo saludaba a sus vecinos, que tenía sus caballos, sus gallinas y sus halcones, pensé: Qué personaje más curioso. Qué fuera de la órbita de lo que dicen que tiene que gustar, y por eso se nos autoconvence que es todo igual".
"Este éxito que ha tenido demuestra que lo inesperado puede funcionar", expresó Jiménez asegurando que, seguramente, Isabel Aaiún reciba de la industria los códigos. "Seguro que hay directivos que ya le han dicho lo que tiene y no que hacer, porque la industria es eso", dijo. "En todos los ámbitos, la industria tiene que poner sus códigos para perpetuar la venta".
"Muchas veces te dicen cosas. A mí me lleva 30 años pasando. Seguramente a mí también me ha cambiado la industria. Habría que ser necio para negarlo", avanzaba Jiménez en su comentario "antitelevisivo" para terminar: "En esta sociedad, el éxito sin problemas es imposible. Afortunadamente, siempre hay héroes y heroínas que demuestran que el código de la industria se rompe (...). El artista acaba siendo esclavo de su propio personaje".