La televisión nacional está de luto. La presentadora Mayra Gómez Kemp ha muerto a los 76 años. Recientemente, la también cantante y actriz sufría un accidente doméstico que le llevó a estar 20 horas en el suelo, hasta que por fin fue auxiliada y traladada a urgencias, tal como contaron la pasada semana en Fiesta.
Mayra es, de lejos, una de las comunicadoras, sin duda, más recordadas y queridas de la televisión de nuestro país. Nacida en Cuba, comenzó como actriz en películas de terror de bajo presupuesto, o como humorista en la segunda etapa del programa Un, dos, tres, responda otra vez. Un formato creado por Chicho Ibáñez Serrador con el que pasaría a la historia de la televisión, aunque para ello tuvo que esperar un poco.
Sus primeros trabajos como presentadora fueron en Dabadabadá y 625 líneas. Y en 1982, Mayra se convierte en una pionera. “Nadie daba un duro porque los españoles aceptaran a una mujer en prime time en el buque insignia de la cadena, ninguna mujer había presentado un concurso ni en España ni en el mundo” recordaba ella hace unos años, mientras que admitía que “de alguna manera me ha metido en la historia de Televisión Española, la primera mujer que presentó un concurso, un programa que todo aquel, aunque fuera pequeño en aquel momento, a día de hoy recuerda y cuyo última entrega fue vista por 24 millones de espectadores”.
En ese sentido, Mayra se sentía orgullosa de haber sido una pionera “como feminista que soy”. En Mi casa es la tuya valoró que el éxito que tuvo como presentadora sirvió para que la mujer se incorporase con más peso en los programas de televisión. “Si yo me la pego, todas las que han presentado después no lo hubieran hecho. Dirían “una mujer no”, Yo rompí un techo de cristal y eso es muy bonito de sentir”.
Mayra se incorporó al Un, dos, tres en la tercera etapa, en los años 80. Ya había trabajado en el programa, como decimos, como humorista, y, por lo tanto, Chicho conocía bien su trabajo. Sin embargo, no fue la única opción del director para conducir este espacio. También tuvo sobre la mesa nombres como el de Emilio Aragón o Chicho Gordillo, pero finalmente fue la elegida.
Con su carisma, su simpatía y su prodigiosa memoria para los guiones (hablamos de una televisión en la que no existía el teleprompter) Mayra se convirtió en una de esas comunicadoras que llegaron al imaginario popular para quedarse.
En Un, dos, tres permaneció hasta finales de los 80, y fue testigo de multitud de cambios que se vivieron en el programa. Desde el día de emisión al papel de las azafatas, que comenzaron a cantar y bailar grandes números musicales. Sin olvidar, por ejemplo, cuando Chicho sustituyó a las Hurtado por la actriz Eugenia Roca, y más tarde tuvo que recultar y recuperar a las Tacañonas, al no cuajar el papel de la actriz catalana, rebautizada como Eugenia Enchufols. O las numerosas mascotas que vinieron después de la calabaza Ruperta, como Botilde, el Chollo y el Boom y el Crack.
Como mujer, Mayra no lo tuvo fácil en televisión. Y es que la desigualdad en aquellos años 80 era muy marcada. En la misma participación de Mi casa es la tuya, Bertín Osborne le preguntó que por qué ella no presentó de nuevo el programa cuando regresó en los 90, cuando pasó a manos de Miriam Díaz-Aroca y Jordi Estadella. Mayra, sabia y prudente, dijo que aquello era algo que había que preguntarle a Chicho, pero que posiblemente iría relacionado con su salario, pues ella con el Un, dos, tres, cobraba menos que otros compañeros solo por cuestión de sexo. “Yo cobraba la mitad que Joaquín Prat presentando El precio justo porque era mujer” sentenció.
Retirada de la vida pública
El nombre de Mayra siguió muy unido al del Un, dos, tres, a pesar de que se desvinculase de él en 1989, y luego trabajase en formatos como La ruleta de la fortuna en Antena 3 o Luna de miel en las autonómicas. Así, la vimos en multitud de reencuentros del programa, como en Mi casa es la tuya, ¡Qué tiempo tan feliz! o El Hormiguero, entre otros.
Su última gran aparición pública fue, precisamente, hace un año, cuando Un, dos, tres tuvo una emisión especial por Twitch con TheGrefg como presentador. Mayra pasó por la alfombra roja del evento junto a Fedra Lorente, pero luego no se quedó.
Según contó a La Razón, la dejaron “en un rincón pasando frío”, pidió un café que también estaba frío, y nadie le decía qué tenía que hacer. “No tenían nada previsto. Y decidí marcharme. Me dio mucha pena, porque tú sabes perfectamente el enorme cariño que le tengo al programa. Pero, muy mal todo, una mala experiencia”, detallaba.
En abril de este año, Mayra anunció su retirada de la vida pública. Lo hizo en el programa de la SER de Mara Torres. “Voy a hacer lo de Napoleón, retirarme a los cuarteles de invierno. Creo que ya está bien, que ya hice lo que tenía que hacer. Ahora hay que darle paso a la gente joven”. Su deseo era sencillo: pasar el resto de su vida “en mi casa, tranquilita”.
“Esta es probablemente mi última entrevista. Te la doy a ti por ser quien eres”, le dijo a Torres. Y también le detalló el motivo de este retiro voluntario: “Quiero que la gente recuerde a la Mayra que vio, a la que tenía una dicción casi perfecta, a la que se veía todavía joven y guapa”. Aquella que se colaba en la casa de 24 millones de espectadores. Esa que ha dicho por última vez aquello de “hasta aquí puedo leer”.