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No hay programa de televisión que este lunes no esté recordando, de alguna manera, a Mayra Gómez Kemp. La queridísima presentadora (y actriz, y cantante, y lo que se hubiera propuesto) fallecía este domingo a los 76 años, y desde que se conoció su defunción no han cesado los homenajes hacia su figura.

En Ni que fuéramos Shhh, el nuevo Sálvame de TEN, han ofrecido una de sus últimas declaraciones, después de haber sufrido una aparatosa caída. Además, han destacado algunas de las participaciones de Mayra en el programa en la anterior etapa, cuando se emitía en Telecinco.

Así, han puesto sobre la mesa el día que Mayra Gómez Kemp se enfrentó a Paz Padilla. La que fuese conductora del Un, dos, tres había enviudado recientemente, y se enfrentó con la humorista gaditana por su forma de invitarle a afrontar la pérdida. “No soy santa Mayra de los cojones”, llegó a exclamar la Gómez Kemp.

 

Además, María Patiño ha recordado un sonado desencuentro que tuvieron con Mayra en Sálvame por hacerle esperar más de la cuenta. Sucedió en el año 2012, cuando la comunicadora de origen cubano había anunciado que se enfrentaba a un cáncer, el primero que superó. Sálvame cebó su participación, y Mayra estuvo en las instalaciones de Mediaset desde primera hora de la tarde. Pero nunca llegaba a entrar al plató.

Cuando le llegó la vez, Jorge Javier Vázquez acudió a su búsqueda, y ahí Mayra le cantó las 40, llena de rabia por la forma en la que la habían tratado. No podía ocultar las lágrimas. Ni siquiera que el humor intentase limar asperezas con humor sirvió para relajar tensiones. “Por la audiencia no todo vale, ya lo avisé a tu equipo. Soy una mujer enferma, tengo siete radioterapias encima y una quimioterapia, estoy muy débil, muy cansada”, criticó.

 

Esto sucedió el 14 de febrero, el día del cumpleaños de Mayra, y también la festividad de San Valentín, y por ir a Sálvame no pudo estar en casa con su esposo. “Os pedí por el amor de Dios que me ajustaran el tiempo para entrar y poderme ir. ¿Qué habéis hecho? Ignorarlo. No me he quitado este micrófono y no me he ido porque soy una profesional, pero es lo que os merecéis”, espetaba. Y añadía: “No tenéis corazón y no tenéis humanidad. No hay vergüenza que pague lo que habéis hecho conmigo. Soy una mujer enferma, no soy una diva ni estoy teniendo un capricho. Yo soy la primera que se divierte mucho con Sálvame,pero no me merezco esto”.

En aquella ocasión, Mayra aseguró que sería la última vez que la viesen en mucho tiempo, y lamentó estar en ese programa “haciendo el indio” en vez de estar con su esposo. “Sé lo que hablé, sé lo que pedí: voy bajo estas condiciones, si no prefiero no ir, y me juraron y perjuraron que eso iba a ser así y me llamaron varias veces para hacérmelo".

A pesar de la tensión, Mayra acabó entrando en el plató y habló de su enfermedad, y el público le deseó cumpleaños feliz. Por suerte, no dejamos de verla en televisión, aunque espaciase sus intervenciones, e incluso regresó a Sálvame. Pero aquel día dejó una clara lección de lo que para ella es la televisión: “Para mí todo no vale. Hay que poner un límite. Hay un límite. Sólo pretendo que ustedes sepan que hay unas líneas rojas que no se deben cruzar”.