Publicada
Actualizada

Las pausas publicitarias de Ni que fuéramos Shhh dejan grandes momentos que se pueden ver a través de YouTube y Twitch. Allí hemos visto a Víctor Sandoval hablar de su pasado en el mundo de las adicciones, o a Lydia Lozano desmentir que utilice peluca y revele sus secretos de belleza. Y es que, en cada corte, un colaborador acompaña a Javier de Hoyos o algún otro redactor para que interactúe con el público a través de las plataformas de emisión, donde dejan mensajes y preguntas.

En una de esas pausas de este martes, Kiko Matamoros charló un rato con los espectadores, y luego cedió su lugar, precisamente, a Lydia Lozano, que comenzó a leer, sin ninguna clase de filtros, lo que le estaban escribiendo. “¡Todo el mundo me pide Lydia, salúdame!”, comenzaba diciendo la periodista canaria. Y luego leía una pregunta que la dejó bloqueada: ¿Lydia, consumes cocaína?”.

Javier de Hoyos salió rápido a su rescate. “¡No habéis leído nada! Digo: no lo va a leer”, deslizaba su compañero. “Que no me lo pregunten”, respondía enfadada Lozano. Ante esto, de Hoyos le hizo una aclaración: “Lydia, no puedes decir esa palabra aquí”. “¡Es alucinante!”, atinaba a decir la colaboradora. 

Intentando quitar hierro al asunto, empezaron a leer otros comentarios positivos hacia ella, como que los espectadores están enamorados de sus estilismos, que iba guapísima, o le pedían incluso que bailase un chuminero. Sin embargo, su cara era un poema: no podía ocultar el gran cabreo que tenía.

“Me he he quedado cortada, qué quieres que te diga. Es que vaya gilipollez”, lamentaba Lozano, con un tono bastante serio. Lo que me sienta mal es meter la pata y no ver que hay provocación. Que ha sido una provocación esto”, señalaba con dureza. Y añadía: “En la vida meto la pata cuando trabajo en directo”, criticando que hubiese gente dispuesta “a decir estas gilipolleces”. 

Javier de Hoyos tuvo entonces que lanzar una petición a los espectadores que escriben en las plataformas del programa. Chicos por favor no hagáis ese tipo de preguntas, porque no tiene sentido”, rogó, antes de que el programa retomase su curso tras la pausa.

Hay que destacar que hay una razón por la que habrían dicho a Lydia Lozano que no puede decir la palabra cocaína. Y es que YouTube podría identificarlo como una infracción de sus condiciones, y que el vídeo del programa de este martes no se pudiese monetizar por sus visionados. Esa es la razón por la que muchos youtubers censuran con pitidos o sonidos varios los insultos, o términos que puedan calificarse de delicados, como, por ejemplo, “sangre”.