El Hormiguero este lunes tenía como invitados a Ca7riel y Paco Amoroso. Sin embargo, Pablo Motos ha sorprendido al comenzar la entrega de hoy recibiendo, a través de videollamada, a Mario Vaquerizo. El marido de Alaska sufrió hace diez días un accidente durante un concierto con su grupo, las Nancys Rubias, y ha querido hablar con el programa del que fue colaborador sobre su actual estado de salud.
“Estoy bien, gracias a Dios puedo estar hablando con vosotros porque la caída pudo ser mortal”, decía Vaquerizo nada más empezar la charla. “Estoy bien, muy a gusto, pero creo que siempre creo que tengo un ángel de la guarda que me protege”, añadía el intérprete de temas como Peluquitas. Para él, “las alegrías y la amistad siempre curan”, y en ese sentido se siente muy arropado por sus seres queridos.
La caída ha provocado que Mario Vaquerizo tenga fracturas, y además, ha tenido problemas adicionales. “Me ha afectado mucho a la visión, no tengo la visión clara, el traumatismo me ha afectado a los dos ojos”, detallaba. Tanto es así que los médicos de oftalmología no quieren poner fecha a su sanación, “para no pillarse los dedos”. A pesar de no ver bien, sí que bromeó con Motos sobre cómo le veía de apuesto en la videollamada, con “la misma sonrisa” de siempre. También explicó que se fracturó “varias vértebras, varias lumbares, y el cuello lo tengo un poquito a la virulé”.
La vuelta a la normalidad para Vaquerizo va para largo. “Las cosas de palacio van despacio”, se resignaba, confirmando que sí, que “la recuperación va a ser lenta”, pero que todo el equipo de auxiliares y enfermeras le dicen que es “un buen paciente”.
Pablo Motos quiso saber, con humor, que cómo llevaba el estar internado en un hospital, el Ramón y Cajal, sin tomar ni tabaco ni cerveza. “No hay mal que por bien no venga”, respondía Vaquerizo con humor, y aseguraba que no echa de menos la cerveza y el tabaco. “Cerveza bebo mucha, porque es agua de cerveza, pero no la echo de menos. Pero no paro de comer, chocolate, y ahora en vez de ser la Nancy Esbelta voy a ser la Nancy Gordinflonita”, añadía, en referencia a su nombre artístico dentro del grupo, Nancy Anoréxica.
Para recuperarse, a Mario le están tratando con corticoides. “Me encanta que me mentan cosas por vena, es mucho mejor”, decía con humor, y olvidándose de algunas de las preguntas que Pablo Motos le lanzaba. También explicó que habla “como un loro” en el hospital, que habla con sus enfermas, y con su celador, al que llamó “mi novio”. “Me ha dado por comer y por hablar y no sé si va a ser bueno para el resto de España”, diría también Vaquerizo, que incluso enseñó la habitación del hospital para mostrar las figuras y estampas religiosas a las que se encomienda para su recuperación.