Leire Martínez sigue ofreciendo titulares tras su paso por Me quedo conmigo, la docuserie original de Mitele en la que los protagonistas muestran su faceta más valiente y desconocida llevando a cabo un recorrido vital con el apoyo de una experta psicóloga. Un formato que busca ayudar a sus protagonistas a conseguir la mejor versión de sí mismos.
Más allá de ver el episodio para ver cómo se encuentra la exvocalista de La Oreja de Van Gogh tras su salida de la banda, la cantante ha hablado de otros asuntos relacionados con su vida personal. Tras una primera entrevista en la que no ocultaba los malentendidos que hubo con el grupo y su apoyo a Amaia Montero tras la polémica, dado que se rumoreó que la artista iba a regresar a LODVG, Martínez ha mostrado otra faceta igual de sincera.
Con la ayuda de la psicóloga Andrea Vicente, con la que se hace una terapia televisada, la exvocalista de La Oreja de Van Gogh hace un recorrido por episodios de diferentes etapas de su vida, desde la infancia hasta la actualidad. En lo relacionado a su niñez y a su adolescencia, Martínez habló frontalmente sobre cómo vivió el divorcio de sus padres.
“No recuerdo que se me explicara, no entendía los motivos del divorcio”, explicaba la vocalista, señalando que vivió un gran sentimiento de soledad y que la separación de sus progenitores le causó un gran dolor. “Me he cuidado sola. Ha habido momentos en los que no se han sentido apoyados y me lo han echado en cara, para mí ha sido muy duro”, confesaba.
La situación llegó a un punto límite, dado que “con 17 o 18 años”, tuvo que abandonar el domicilio familiar, dado que la relación con su padre estaba prácticamente rota. “La gente de mi alrededor me decía que no podía seguir en esa situación. Empecé a perder mucho peso, a entrar en depresión, y la gente de mi alrededor lo veía”, revelaba y que llegó a ver que necesitaba ayuda, pero no sabía cómo actuar frente a eso.
“Yo era quien todavía no ponía nombre a eso que me estaba pasando, y una de las cosas que hice no fue ir al psicólogo, sino ir a Servicios Sociales para ver si me podían ayudar de alguna manera”, reconocía, para después señalar que dicha administración no supo atender a esa llamada de auxilio.
“La asistente me dijo: 'Es que como no tienes signos evidentes de sufrimiento o de pasarlo mal...'. Entonces yo pensé: '¿Y ahora quién me ayuda?'”, relataba en el programa, confesando que la música fue, finalmente, esa zona de seguridad que tanto anhelaba.