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Ni que fuéramos Shhh ha recibido este viernes una visita muy especial. Y es que Jorge Ponce ha acudido al programa que se emite en TEN como si fuese por sorpresa. Llamó al portero de las instalaciones del Canal Quickie, y se presentó en el plató con todo tipo de alimentos como presente para María Patiño y sus colaboradores.

Aunque podría parecer una especie de gesto hacia la presentadora gallega por haber ido a La Revuelta en La 1 junto a Belén Esteban, aunque luego se avanzó que era una visita promocional. En concreto, el malagueño acudió a hablar de Medina, el estafador de los famosos, disponible en Prime Video. Allí narra cómo un hombre estafó a numerosos famosos pidiendo pequeñas cantidades de dinero, haciéndose pasar por antiguo compañero de trabajo, un cámara de televisión.

Se trata de un true crimen en clave de humor, una investigación que estará intercalada con testimonios de las víctimas, recreaciones dramáticas de las estafas, así como del relato de los hechos que el estafador contó a sus víctimas.

María Patiño tuvo una reflexión con respecto al documental: “Tú vas con el buen rollo de que este señor puede estafar a los famosos, pero le has quitado el chollo, porque ya no puede seguir haciendo eso”. Y Jorge Ponce se lo confirmó: “Yo he ganado mucho más dinero haciendo el documental que él estafando”.

Al más puro estilo de La Resistencia preguntando por el dinero que el invitado tiene en el banco, María Patiño tuvo curiosidad por saber si Amazon “paga en bloque” por el documental. “Amazon paga bien en ese sentido, y te paga hasta prontito. Otra cosa, pero dinero tienen, Amazon es que claro es que es un país”, le reconocía Ponce. La presentadora deslizaba entonces que el invitado tendría “mucha pasta”, y Ponce no lo negó: “Yo tengo bastante pasta, no tanto como David”.

En Medina, el estafador de los famosos, Ponce ha contado con la participación de numerosos famosos, y en ese sentido, Marta Riesco quiso saber si había pagado a aquellos colaboradores que narraron su testimonio, entre los que se encuentra Andreu Buenafuente, Carlos Areces o Dani Rovira, entre otros. “Pagamos una cosa pero medio simbólica”, reconocía. “A la hora de hacer una producción, si hay cero dinero, todo el mundo por mucho que sean amigos, lo ponen en la última de sus prioridades”, y pagaron “una miseria” para poder grabar en los tres meses que se marcaron de plazo.