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Después de ser mencionado y mostrado varias veces en el programa de La 1 -hizo su entrada estelar reclamando que le pagasen "derechos de imagen"-, Kiko Matamoros por fin acudió a La Revuelta. El colaborador de Ni que fuéramos Shhh fue el encargado de cerrar la entrega de este lunes. 

Lo hizo ofreciendo a David Broncano "un regalito". Pese a los sentimientos colchoneros del presentador, el invitado le regaló una bufanda de Vinicius Junior, jugador del Real Madrid. Eso sí, aseguró: "No te lo traigo como madridista, ni reivindicando el Balón de Oro, que lo podría haber ganado". 

Tras un breve debate sobre si merecía ganar el premio el brasileño o el futbolista que finalmente se lo llevó, Rodri Hernández, Matamoros incidió en el verdadero propósito del obsequio. "Quiero reivindicar, sin ser activista a favor de nada o nadie, que por lo menos [Vinicius] haya puesto en su sitio el problema del racismo en el fútbol", señaló. 

"Como soy descendiente de negros...", desveló Kiko, dejando atónito a Broncano. Y es que la tatarabuela del ex de Makoke era una esclava cubana descendiente de negros. Al parecer, fue un detalle que su madre les ocultó tanto a él como a sus hermanos por las imposiciones sociales de otra época. 

"Recapitulando, siempre he recordado la ternura que tenía mi madre con los negros. Y, bueno, pues crecí con cierto afecto porque soy originario en alguna medida de esa raza", aceptó el entrevistado. "Entonces, ¿la bufanda de Vinicius era una reivindicación antirracista por tu parte?", preguntó David. 
Matamoros respondió afirmativamente: "Pero no es solo porque yo descienda de negros. Es porque es una puta aberración. Creo que tenemos que ser una sociedad mejor". "Y como esto es televisión...", explicó Kiko, emplazando al público a gritar "española", como es ya habitual en el espacio, prosiguió: "Tenemos una obligación, que es acabar con el puto racismo. No solo en los campos de fútbol, sino en la sociedad".
Kiko fue el tercer invitado de la noche de un lunes que el equipo de La Revuelta arrancó con mal pie. A eso de la una del mediodía, desde la cuenta en X del formato se daba la voz de alarma: se habían quedado sin una de las visitas. Afortunadamente, se encontró pronto a un sustituto, Pito Camacho, jugador del Zamora. Después, Broncano recibió al escritor Juan Gómez-Jurado.