Juan del Val, alto y claro sobre las 'pseudoterapias de conversión': "Es doloroso y terrible escuchar que existan"
- El autor ha mostrado su desagrado de que, a pesar de estar prohibidas, este tipo de 'pseudoterapias' continúan amenazando al colectivo LGBT
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Un domingo más, La Roca ha abordado diferentes temas de actualidad. Con su duración recortada en media hora por el Gran Premio Solidaridad de Barcelona de Moto GP, el formato ha mostrado su lado más informativo, al omitir su habitual mesa de vídeos virales y comenzando ya con la crónica social. Al pasar a su mesa de actualidad, Nuria Roca abordó un asunto que preocupa especialmente al colectivo LGBT: las ‘pseudoterapias de conversión’.
A pesar de enfrentarse a sanciones y multas económicas, en 2023 no hubo ninguna acción contra aquellas asociaciones y grupos religiosos que todavía llevan a cabo este tipo de ‘pseudoterapias’, las cuales están prohibidas. La Roca ha mostrado cómo, al no estar como delito en el Código Penal, este tipo de peligrosos intentos de cambios de la orientación sexual de las personas siguen campando a sus anchas por grupos homófobos que creen que ‘la homosexualidad tiene cura’.
El programa puso un reportaje de Fran Pastor, mostrando cómo estas ‘pseudoterapias’ reformulan el lenguaje para evitar las sanciones económicas. El redactor entrevistó a Iván León, víctima de este tipo de intentos de cambiar la orientación sexual de una persona. Tras el vídeo, toda la mesa de La Roca se quedó estupefacta, con la presentadora completamente desconcertada por las palabras que vertía una pseudoterapeuta que afirmaba que era posible “encontrar la heterosexualidad”.
“Es estremecedor y no es el único testimonio que hemos conocido”, expresaba Nuria Roca. “Hay dos tipos de pseudoterapeutas. Los que proceden del ámbito privado y son laicos y los que vienen de entornos religiosos, como parroquias u otro tipo de centros”, expresaba Fran Pastor en plató. “Los religiosos no se esconden. Hay grupos en Getafe o Toledo que te ayudan a vivir la castidad dentro de la homosexualidad, como si fuera eso un grupo de alcohólicos anónimos”, relataba el redactor.
“Se reúnen una vez a la semana para hablar cómo llevan el reprimir esos deseos que sienten y que creen que no están bien. En el caso de los pseudoterapeutas, estos no dicen que vayan a tratar la homosexualidad, sino el TOC homosexual. Según su planteamiento, nadie quiere ser homosexual. Con lo cual, si llega un pensamiento intrusivo de deseo hacia personas de tu mismo sexo, ellos te ayudan a quitarlo como quitarían un TOC”, explicaba Pastor.
“Ellos creen que la homosexualidad no existe”, comentaba el reportero, denunciando este tipo de ‘pseudoterapias’. Pastor señalaba que el perfil de las víctimas de este tipo de redes es, “en el caso de los adultos”, de “personas casadas con alguien del sexo opuesto que intentan reprimir sus deseos”. “En el caso de los menores, es más dramático, porque van obligados por sus progenitores o tutores. Son estos casos los que pueden terminar en suicidio”, advertía.
Ante tales palabras, Juan del Val no dudó en expresar su estupor ante este tipo de actividades peligrosas para el colectivo LGBT. “Esto provoca dolor escucharlo”, afirmaba tajantemente el escritor de Bocabesada. “Es horrible que exista esto, pero es algo demasiado evidente. Es terrible que te digan que te van a curar de algo. Ya solamente el término ‘conversión’ es perverso”, añadía.
“Antiguamente, a una persona homosexual se le llamaba ‘invertida’. Es increíble. Las palabras tienen un significado. Pero hay otros mensajes mucho más sutiles, que es lo que desemboca este tipo de barbaridad. Por ejemplo, en una familia en la que un hijo o una hija diga que es homosexual, los padres dicen que les da igual pero que no quieren que sus hijos sufran. Esa frase es terrible”, manifestaba.
“Cuando tu hijo es gay o lesbiana y le pides que no se lo diga a la abuela porque ya es mayor está mal. Este tipo de cosas desembocan en que se vea a ser homosexual como algo de lo que tú te tengas que avergonzar. Entonces, eso es el alimento para que aparezcan estos bárbaros. Cuidado con esos mensajes de supuesto amor. A la abuela se le cuenta, porque ser homosexual no implica ningún sufrimiento”, concluía.