Las transiciones entre Jorge Javier Vázquez y Ana Rosa Quintana ya son un clásico en Telecinco. Cada día, de lunes a jueves (porque los viernes Ana Rosa descansa), el de Badalona le pasa el testigo de El Diario de Jorge a la conductora de TardeAR, y realizan alguna pequeña conversación. Una charla a veces con humor, y otras, con más seriedad; por ejemplo, fue Quintana quien le contó a Vázquez que había fallecido Jimmy Giménez-Arnau.
En la de este miércoles, Ana Rosa introdujo uno de los temas que habían tratado en su formato la tarde previa. “Ayer dábamos, y yo que tú lo sientes muchísimo, la noticia de que Belén Rodríguez va a dejar momentáneamente la televisión. Se tiene que someter a un tratamiento, es un grave problema de salud. Hemos hablado con ella y sabemos cómo se encuentra y cómo afronta este proceso que tiene por delante, que es duro”, exponía Ana Rosa.
En ese momento Jorge recogió el guante, y mostró su lado más personal y sincero: “Fíjate, Ana Rosa, que es que hasta nos hemos desbloqueado del teléfono, que estábamos bloqueados y hemos vuelto a hablar”.
“¿Pero tú por qué bloqueas a la gente?”, le preguntaba la veterana periodista. Y Jorge respondía: Yo no he bloqueado nunca a nadie”. “¡Pues deberías hacerlo!”, añadía Quintana, quedándose ya la programación de Telecinco en sus manos.
Jorge y Belén separaron sus caminos por un tema que trató Sálvame y que no sentó bien a la colaboradora televisiva. También rompió sus lazos de amistad con Kiko Hernández, pues ella contó que en el pasado le prestó un dinero y a Hernández le pareció una traición.
Al igual que Jorge, Kiko enterró el hacha de guerra con Belén Rodríguez al saber que estaba enferma. Lo supo unas horas antes de que la revista Semana descubriese su portada. En Ni que fuéramos Shhh aseguró que se había dado cuenta “de lo importante que hay en la vida y lo importante que hay en la amistad y cuando ves esto, se te olvida todo lo malo, te quedas con todo lo bueno”.
Desde el programa de TEN mandaba un mensaje a Belén diciéndole que ahí le tenía y que ahí le iba a tener si ella así lo desea, “para acompañarla en todo este proceso. Porque hemos tenido muchísimas diferencias, pero desde luego, yo ahora, si puedo ayudarla en lo más mínimo, cualquier cosa, lo que ella necesite, desde luego ahí voy a estar”. “Ella es una persona fuerte”, diría también.