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Inés Hernand partía, a priori, como la concursante más polémica de la edición por su currículo. Nadie daba un duro por ella. Pero, poco a poco, fue haciéndose un hueco en las cocinas de MasterChef Celebrity hasta el punto de conseguir hasta cinco capitanías. Y de ahí, al duelo final con Marina Rivers, a la que se impuso con un menú donde plasmó su vida.

Son poco más de las nueve de la mañana, e Inés Hernand recibe a BLUPER en el hotel NH Collection Eurobuilding de Madrid con el trofeo que le acredita como ganadora y con una banda de cumpleaños de color en la que su amiga Andrea Compton le escribió 'Día en el que has ganado MasterChef'.

Inés cierra por todo lo alto un año que empezó con su sonado encuentro con Pedro Sánchez, a quien llamo "icono" en la alfombra de los Goya. La comunicadora seguirá ligada a TVE con el programa Pasa sin llamar; y sueña con volver al Benidorm Fest aprovechando que José Pablo López está de vuelta: "Me encantaría". 

Dar las campanadas en La 1 -un asunto que, a estas fechas, tendría que estar cerrado- parece más complicado. "Me daría muchísima risa. He ganado MasterChef, pero en este mundo siempre ha habido clases. Soy de los 'rascuaches' y ahí me mantengo bien".

¿Ha sido difícil mantener el secreto?

Lo más. Obviamente había una squad de privilegiados que eran conocedores del resultado. Pero había algo muy bonito de hacerse el longui, la verdad. Yo que no sé guardar nada... No he ido a ningún photocall por si acaso me preguntaban y que se me notara en la cara. Nacho, ¿puedes confirmar que he sido buena en guardar el secreto [se dirige a Nacho Ibernón, director de comunicación de Shine Iberia, que asiente]. Si se filtraba, no era por mí. 

Inés Hernand y Marina Rivers fueron las duelistas finales 'MasterChef Celebrity 9'.

¿Era la final soñada con Marina Rivers?

Era un dibujo digno y justo. Lo que ha tenido este programa es que se ha equilibrado en un sentido de lo que caía por su propio peso. No sólo a nivel culinario, sino también por sostener el equipo y tirar hacia delante. Había otros candidatos maravillosos para ese duelo final, pero Marina era muy retadora. Ha sido una rival fantástica y una compañera muy buena a lo largo del trayecto.

Para mí ya era ganar estar donde estábamos. También ha ganado nuestro mensaje, que era transversal, de una televisión pública que viene sin excluir a nadie. No todo tiene por qué ser [empieza a cantar por Raphael] Qué pasará, que misterio habrá... El Que pasará puede convivir con una cosa más moderna y un mensaje queer, antirracista... Estoy muy contenta de esa fusión.

"Ha ganado el mensaje transversal de la televisión pública que viene sin excluir a nadie"

Me imagino que cuando entraste a las cocinas de MasterChef no te imaginabas en ningún caso que acabarías ganando. ¿En qué momento fuiste consciente de que a lo mejor la victoria no estaba tan lejos?

De hecho, pensé que me iban a echar la primera semana. Recordar que yo estaba con José Lamuño con sus alcachofas confitadas. Yo decía: '¡Qué poco he durado y cuánto me ha costado la bronca de lo de Cifuentes! ¡Vaya año, vaya 2024! Pedro Sánchez, Cifuentes...'. 

Cuando llevaba siete eliminaciones y cinco capitanías entendí que lo estaba haciendo bien. Se aprende un huevo en los putos exteriores. Estaba obsesionada con los tutoriales, leyendo cosas en libros como que el queso de cabra le va bien al higo... Entras en una especie de delirio y ahí notaba que había compañeros que sí estaban un poco sobrepasados. Pero ahí es tu momento. Para eso llevo currando desde los 16 años.

Inés Hernand, en plena acción durante el duelo final.

¿Has terminado muy saturada de cocina o vas a seguir formándote?

Como para montar un Perrachica de pronto no estamos. Además, los locales están carísimos en Madrid. Espero que me den mi Basque Culinary Center de fin de semana de rigor, pero nada más allá de eso no. Obviamente estoy cocinando mucho mejor en mi casa de lo que venía haciendo. Eso sí, tengo claro que en Navidad no voy a cocinar porque es muy estresante. 

Hablabas antes de las críticas que recibiste por tu amistad con Cifuentes. ¿Pensaste en algún momento que haríais tan buenas migas?

Es lo maravilloso de la televisión: lo inesperado. Por eso engancha. Cristina y yo estamos en las antípodas ideológicas pero no en las humanas. La gente que promueve mensajes de odio o contra los derechos humanos sí que sería imposible para mí. Cuando se entra en gestión de la economía, siempre tiene que haber diálogo porque, como dice mi amiga Nerea Pérez de las Heras, lo contrario al debate es una dictadura. Yo creo en la convivencia.

Yo voy por la calle y nadie me ha apuñalado. Todos tenemos a gente en la mesa estas Navidades que es más o menos afín y todos hacemos por esa convivencia. Así hice yo, con la suerte de que me encontrá con una persona que me calló de puta madre.

"Qué estupidez el que quiera cancelarme por mi amistad con Cristina Cifuentes. La vida es convivencia"

¿Os habéis visto fuera del plató?

Nos hemos visto, tenemos buena relación. Qué estupidez el que quiera cancelarme por mi amistad con Cristina Cifuentes. La vida es esto, convivencia.

Empezaste el año con la polémica con Pedro Sánchez y lo acabas por todo lo alto. ¿Crees que MasterChef te ha ayudado a mostrar una versión más cerca a tu persona? Te has convertido casi en un rostro blanco y familiar.

Sí. ¿Quién lo diría? [Risas] Soy un rostro blanco en tanto en cuanto a mi piel, pero no sé si soy un rostro familiar o no. No busco caerle bien a todo el mundo, tengo una personalidad muy intensa, pero sí que creo que la audiencia ha visto verdad. Y aquí sí me pongo seria. La gente que nos dedicamos a la comunicación de forma muy amateur, como puede ser la mía porque no tengo formación televisiva, simplemente he sido consumidora de tele, es muy necio pensar que la audiencia no detecta si hay verdad o no. MasterChef me ha dado la oportunidad de dejar ver esa verdad. Y cuando tienes esa oportunidad, la peña conecta contigo desde otro lugar.

Todo el mundo, fuera de contexto, y con un vídeo de Wall Street Wolverine, evidentemente, está condenado al fracaso. Yo no me dirijo a la gente que consume cosas de 30 segundos. Necesito un poco más de pausa, y vengo a reivindicar eso también. El que se quede genial, y el que no, genial también. Es libre de hacerlo. Pero sí, MasterChef me ha venido de puta madre porque la gente pensaba que yo aquí era una bolivariana y una golpista. Me han dicho cosas bárbaras, cuando icono se lo dije como a 36 personas de una alfombra roja. Porque, para mí, es un lenguaje hortera, del que me gusta. Soy así. Tengo mi propio universo. Igual he pecado de graciosa. Luego, a otra peña, se le tiene manga ancha con las bromas...

Inés Hernand, justo en el momento de su victoria en 'MasterChef Celebrity'.

¿Por qué fue sanador tu paso por el programa?

Yo nunca había hecho telerrealidad a este nivel y me resultaba un formato en el que tienes que abstraerte mucho. Cuando vives en proyectos que te requieren mucha concentración, como este caso, surgen muchas cosas nuevas a las que no prestas atención. Como que te desestructuran un poco tus comodidades y descubres cosas de ti y de los demás. Te acercas desde el cariño a otro perfil de persona que no te fijarías a priori. 

Claro que te despojas de muchos prejuicios. Yo había leído cosas de Pitingo. Y se lo pregunté directamente: 'Oye, en internet se dice esto'. '¿Cómo voy a decir eso yo si soy gitano?'. Es un tío que es todo lo contrario a lo que se dice de él. Hemos sido un manojo de gente que se han dicho cosas de nosotros a veces injustas.

¿Qué te ha dado y que te ha quitado MasterChef?

Me ha puesto kilos, mucha más amor y pasión por la gastronomía y gentes nuevas. Los jueces son un amor. Había cosas que no entendía. Yo decía: 'Ostras, ¿será esto el Circo de los Horrores?'. Y no, yo me he encontrado a un equipo fantástico, con gente que quiere hacer un entretenimiento a pesar de todo.

Estamos en un momento de crisis social. La peña está muy polarizada, confusa, a la que salta, hay mucho bulo. Hacer buen entretenimiento es retador y, sobre todo, desde un lugar de la conciliación que es lo que intenta MasterChef. Y sólo me ha quitado tiempo, pero me lo he gozado mucho.

"Me haría muchísima ilusión presentar el Benidorm Fest 2025. Me encanta la música y que se descubran talentos emergentes"

¿Te gustaría volver a presentar el Benidorm Fest?

Me haría muchísima ilusión. Si me llaman tiene que estar al caer y, si no, también estarán al caer los nuevos presentadores. Es un formato que me encantó abrir con Máximo Huerta y con Alaska, y luego [en 2023] con Rodrigo Vázquez y Mónica Naranjo. Fue un galorrio. Soy una melómana, me encanta la música y que se descubran talentos emergentes y se ponga en valor a los chavales que vienen con ganas de hacer cosas. Ojalá que sí.

¿Qué valoración haces de la nueva etapa que arranca José Pablo López al frente de RTVE?

Hay unos datos que le avalan. Está intentando hacer una reforma de la parrilla televisiva con buen criterio en mi opinión, y eso necesita un tiempo. Es algo progresivo. Somos muy buenos competidores frente a otras cadenas generalistas. Hay que seguir así. Darle pluralidad a la televisión pública está muy bien. Desde el Canal 24 Horas hasta Late Xou de Marc Giró o La Revuelta. También se ha hecho ficción buena como Las abogadas o 4 estrellas. Estoy muy sorprendida con TVE.

"Me daría muchísima risa dar las Campanadas, pero en este mundo siempre ha habido clases. Yo soy de los 'rascuaches', y ahí me mantengo bien"

¿Te gustaría dar las Campanadas?

Qué divertido. ¿Quién será este año? Anne Igartiburu dijeron que no. O sí. ¿Broncano?

¿A quién pondrías tú?

A nuevas caras de la cadena. Están María del Monte, Lara Álvarez, a Paula Vázquez, que la amo.

¿Pero te gustaría o no?

A mí me daría muchísima risa. Lo que pasa es que yo, chicos, me faltan algunos hitos graves para poder presentar las Campanadas. Yo he ganado MasterChef, pero en este mundo siempre ha habido clases. Soy de los 'rascuaches' y ahí me mantengo bien. No pasa nada. Las uvas me las comeré en mi casa, estoy fenomenal, contenta y, sobre todo, súper agradecida, que diría Belén Esteban.