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Kiko Matamoros no ha ido este martes a trabajar a Ni que fuéramos Shhh. Algo que podría parecer normal, pues los colaboradores van alternando su participación en el programa que presenta María Patiño, y, de hecho, ayer mismo sí que estuvo en el plató.

Las alarmas saltaban, sin embargo, tras compartir una imagen en una cama de hospital, y con un texto cargado de ironía: “Hoy no hay una Campos peor que yo, creo”. Un dardo hacia las que fueron sus compañeras Carmen Borrego y Terelu Campos, quienes tienen fama por lamentarse públicamente de sus problemas. Un chiste que ya en el pasado hizo estallar a Terelu, de hecho.

En un momento dado de la tarde, María Patiño quiso tratar la situación de su compañero, detallando que “se está haciendo unas pruebas”. “Me ha dicho que le diga a todo el mundo que está bien. El titular es buenísimo, pero sí te digo que hay Campos peores que tú. Todas, porque no saben quién va a ¡De Viernes!”, decía en tono irónico y serio Kiko Hernández. Y, a continuación, el madrileño se decidía a llamarle en directo.

Está en el hospital, está ingresado”, puntualizaba, antes de que le cogiese el teléfono. “No me pasa nada, me han hecho una prueba. Lo saben los compañeros, y lo sabe la dirección, porque tengo un problema en el esófago”, explicaba Matamoros en su llamada. “Lo he dicho un poco de cachondeo, con todo lo que dice Terelu de que no llega a fin de mes...” añadía, aclarando el porqué de su texto.

Tras bromear Hernández y Matamoros sobre la situación de la familia Campos, y de cómo todas deberían estar mejor que él, hablaron de cómo Alejandra Rubio habría programado el parto para que salga en su serie documental. “Es una maravilla. Creo que tenemos que estar muy agradecidos”, decía sin aguantarse la risa Matamoros.

“¿Cuándo sales del hospital?”, preguntaba Hernández, volviendo al tema de la salud. Matamoros aclaraba que ya estaba en casa, y que tiene el resultado de las pruebas, pero se mostraba reservado: “No lo voy a contar por aquí”.

“¿Te tendremos durante mucho tiempo aquí?”, volvía a lanzar Hernández. Y ahí, su compañero confesaba que en breve tendrá que ausentarse “unos días” porquetendrán que intervenirme, y tendrá un periodo (de recuperación). “No es pasado mañana, voy a pasar las fiestas bien con la familia. No podré comer turrón, así que solo podré beber”, añadía con humor.

La operación está prevista para enero o febrero, aunque insiste en que no es algo de lo que alarmarse: “Es una cosa molesta que me hace perder calidad de vida, porque no puedo disfrutar de la comida, y tengo unas molestias añadidas, pero no es nada grave”.