Sonia Martínez y el olvidado acoso sexual que sufrió de un productor de TV antes de su descenso a los infiernos
- 'La última noche de Sonia Martínez', que se ha estrenado este miércoles 11 en La 2, recupera la historia de la malograda presentadora y actriz.
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Sonia Martínez vuelve esta noche a la televisión. Aunque sea con imágenes de archivo, volveremos a verla reír, y comprobar el magnetismo que tenía en el objetivo. Hablamos de una presentadora que alcanzó una enorme popularidad con escasos 20 años, gustando a los niños y también a los padres, que se codeó con lo más granado del famoseo patrio. Y que acabó muerta a escasos días de cumplir 31 años, por consecuencias derivadas del sida y la droga que había consumido durante años.
La 2 emite este miércoles 11 (22:00) el documental La última noche de Sonia Martínez, y allí se narra el ascenso y caída de la que fue presentadora de 3, 2, 1 contacto y Dabadabadá en RTVE en los años 80. Una joven madrileña que decidió dejar de estudiar a los 15 años y ponerse a trabajar, lavando cabezas en una peluquería.
Lo que entonces no imaginaba Martínez es que, gracias a un conocido, le surgiría la ocasión de ser presentadora de televisión en primer lugar, y actriz más tarde -aunque ella sentía más afinidad con las cámaras de Televisión Española que con las de cine-.
Mucho se ha escrito de Sonia. De cómo unas fotos en topless le arruinaron la carrera, y provocaron su salida de TVE, cuando entonces presentaba el programa divulgativo En la naturaleza. Sin embargo, ahora conocemos más datos sobre aquel aciago episodio que arrojó a Sonia a un pozo del que no supo salir.
Fernando L. Rodríguez eligió a Sonia para conducir En la naturaleza porque conocía a su padre y a su padrino, y en el documental que dirigen César Vallejo y Ángela Gallardo apunta que entonces le advirtieron de que había hecho una mala elección. Sonia estaba ya señalada, quizá porque había posado sin ropa en alguna revista, o incluso había aparecido muy ligera de ropa en largometrajes que mostraban una chica atractiva y sensual, lejos de la dulzura que la conectaba con los niños.
En septiembre de 1986,la revista Interviú publicó la instántanea de Sonia con el pecho al descubierto en una playa de Ibiza, donde grabó un capítulo de una serie alemana en la que interpretaba a una policía. Eso supuso su salida de RTVE.
Lo que pocas veces se suele contar en este episodio de la vida de Sonia, y que ahora se conocerá gracias La última noche de Sonia Martínez, es que ese reportaje sin la parte superior del biki estaba pactado. Era un 'posado robado', como se suele decir, y ella se llevó un pellizco de la venta de las imágenes que enterraron su carrera a la conocida revista.
Y no solo eso. También se pone el foco en posibles causas adicionales en su salida de RTVE, en su no renovación para el programa En la naturaleza. “Sufrí el acoso sexual de un realizador de TV. Me negué a sus deseos y al volver de mis vacaciones no me renovaron el contrato”, denunciaría Sonia en un titular que se recoge en el documental.
“Me despidieron porque no accedí a las pretensiones sexuales de un ejecutivo del programa, y se tomó como disculpa las fotos en topless”, diría también. “Sus fotos en Ibiza no fue más que un pretexto para quitarla de enmedio. Así de claro”, sentencia Charo Reina, quien fue amiga de Sonia, y que presta su testimonio en el documental.
Tras llegar a un acuerdo con RTVE, Sonia participó como actriz en La bola de cristal. Le hicieron un contrato de tres meses “para callarme”. Y nunca volvió a la televisión. Al menos, no la Sonia que todos conocían.
Cayó en la droga. En la cocaína primero, y en la heroína después. Dejó de trabajar, perdió las riendas de su vida, y ni siquiera el quedarse embarazada de su hijo Hugo, quien también participa en el documental, le permitió centrarse.
"La última noche de Sonia Martínez' es un producto audiovisual muy duro, que no tarda en llevar al espectador hasta el infierno al que descendió la actriz"
Ya solo aparecía en la pequeña pantalla para pedir ayuda, de manera desesperada. Con Isabel Gemio, con Pepe Navarro, con Nieves Herrero. Sabía que la adicción estaba acercándola a un inevitable final.
Denunciaba la poca solidaridad con la que se encontraba después de que todos supiesen que era drogadicta y VIH positiva. Criticaba los lazos rojos de la lucha contra el sida, admitía tener que ejercer la prostitución para poder vivir, sin ese brillo en los ojos que le caracterizaba.
La última noche de Sonia Martínez es un producto audiovisual muy duro, que no tarda en llevar al espectador hasta el infierno al que descendió la actriz. Un camino muy triste que destrozó a Sonia, y también a su familia, que participa en el documental.
Con una hermana, Irene, que tuvo que alejarse de ella porque no sabía hacer otra cosa, y un hijo, Hugo, que no supo hasta bien crecido que su madre, de la que casi no pudo tener recuerdos, fue una de las personas más queridas del país durante un periodo de tiempo, corto, pero intenso.