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Laura Fa continúa siendo uno de los rostros más potentes de Más Espejo, la sección de crónica social de Espejo Público. Tras el cierre de Sálvame en junio de 2023, Gema López y ella aterrizaron en el programa de Antena 3, desligándose de la marca que estuvo 14 años en emisión en Telecinco. 

No fue el caso de María Patiño o Belén Esteban, que siguieron la aventura en Netflix, en Sálvese quien pueda, y luego en TEN, en Ni que fuéramos Shhh. Recordando el extinto 'show', Fa ha expuesto que hubo compañeros que se sintieron "de segunda" por no contar para La Fábrica de la Tele en el proyecto para la plataforma de 'streaming'.

Así lo ha declarado en el podcast de Arnau Martínez, Chico de revista. "El último programa fue traumático. Para mí, no, ¿eh? Pero sé que algunos lo vivieron así por el hecho de que unos se iban a Netflix y otros no. En el momento de 'nos vamos a Netflix', yo sabía que no iría, pero porque no soy personaje y buscaba trabajo de periodista", ha aceptado Laura.

"Creo que hubo compañeros que se sintieron de segunda. Afectados. 'Encima que esto se acaba, soy considerado alguien de segunda", ha explicado la ahora tertuliana de Susanna Griso. En un principio, no ha querido decir nombres directamente, pero luego ha apuntado a Miguel Frigenti o Rafa Mora. 

"Son compañeros a los que les hubiera gustado muchísimo ir y que en ese momento dices: 'Es que ni voy a Netflix, ni tengo a dónde ir'. Entonces, se vivió de dos maneras ese final", ha reconocido la Mamarazzi en el programa de Zona Rainpod. Además, se ha sincerado sobre su experiencia personal en el espacio vespertino. 

Arnau Martínez entrevista a Laura Fa en 'Chica de revista'

Para sorpresa de muchos, Laura Fa fue contactada por la productora de Sálvame para hacer las veces de "follonera", como Jordi Évole en Buenafuente. "Pensé: 'Ay, qué divertido'. Pero hubiera durado una semana. Fue cuando hubo la polémica de dividir el Sálvame Limón del Sálvame Naranja. Ya ahí dijeron: 'No, no vamos a traer a esta a liarla parda", rememora la comunicadora. 

Fa lloró en plató "cuatro o cinco veces", a su juicio, "un montón". Y es que lo pasó mal antes de adaptarse a la dinámica alocada del programa: "Piensa que no es tan fácil porque se activa una maquinaria que acaba expulsando a la gente. Ellos ya están rodando y es difícil entrar ahí. Luego ya me hice mi huequecillo". 

"El programa en sí es complicadísimo. Hay algunos compañeros que tenían muy claro que iban a trabajar y eran herméticos. Tú, en los programas, necesitas saber que tienes a quién agarrarte. Entonces, te sentías un poco sola. También la cagué mucho. A la semana, conté cuatro intimidades de ellos en una radio de Barcelona. Cuando volví, me tenían una preparada... De eso aprendí bastante", ha expuesto Laura.