La que se avecina estrenó el pasado lunes el séptimo capítulo de su temporada número 15, la tercera que está ambientada en Contubernio 49 y no en Mirador de Montepinar. Y, como en otras ocasiones, hubo una serie de guiños a Aquí no hay quien viva, serie de la que es heredera espiritual, y con la que comparte un gran número de actores.
Uno de los guiños que ha tenido lugar en esta última entrega ha tenido a Menchu, el personaje de Loles León, de protagonista. Contubernio 49 ha dividido la comunidad en dos escaleras, y Antonio Recio es el presidente de una de ellas. Y para quejarse de su gestión acudió hasta la puerta de su vivienda junto a Greta y Victoria Rafaela, que le reprochan que su escalera pague más que la de al lado.
Es entonces cuando la marquesa de Francavilla y Sacromonte grita al antaño pescadero mayorista: “¡Vayase señor Rancio, váyase!”. Menchu se agarra el pecho y exclama: “Uy, qué déjà vu”, dejando claro que eso ya lo ha vivido ella con anterioridad. Y es que “Váyase, señor Cuesta, váyase” era una de las proclamas que tenía Concha, Emma Penella, contra Juan Cuesta, José Luis Gil, en Aquí no hay quien viva. Un personaje cuya mujer, Paloma, interpretaba la propia Loles León.
En este episodio ha regresado a la comunidad Fermín Trujillo, el espetero más conocido de la televisión. Y lo ha hecho con el rabo entre las piernas, pidiendo alojamiento a Bruno y buscando algo de trabajo, pues su vida con Raluka no ha sido precisamente un camino de rosas.
El personaje de Fernando Tejero, ya en el final del capítulo, se cruza con Antonio Recio en el portal, y este le ofrece un empleo: ser el portero de la comunidad. Un nuevo guiño a Aquí no hay quien viva, porque allí el personaje de Tejero, Emilio, era el portero de Desengaño 21.
Por último, hay que destacar un guiño más hacia otra serie de televisión de Telecinco. Carlos Chamarro interpreta en La que se avecina a Esteban Guijarro, un inspector de Hacienda muy comprometido con su trabajo. Está casado con Greta, y ha comprobado que su vida de pareja va mejor si ella tiene un amante, Amador.
Por ello, Esteban ha llegado a pedir a Amador que no abandone a Greta, y hasta le manda flores y le escribe cartas de su parte. Para controlar la situación, Esteban llama a su vecino delante de una máquina expendedora en la que está metiendo dinero, con una limpiadora de fondo. Un guiño a Cámera Café, serie en la que Chamarro alcanzó una enorme popularidad hace un par de décadas.