"No me refería a una sola persona, me refería a varias". Así arrancaba este domingo, 22 de diciembre, Iker Jiménez su cierre de Cuarto Milenio. En alusión al anterior, en el que habló de un "célebre presentador" al que tuvieron que "sacar a rastras de un garito con la nariz empolvada".
Fue un discurso que tuvo bastante repercusión en medios, algo por lo que Jiménez comenzó dando las gracias. Acto seguido, pasaba a comentar lo sucedido en una Copa de Navidad de Mediaset que se antojaba tensa, tras las polémicas a las que se enfrentó el comunicador por su cobertura de la DANA de Valencia.
Sin embargo, no fue para nada así: "Fue un afecto tan grande que quiero agradecerlo. Alguien puede decir: 'Hombre, es tu casa y tu gente'. Sí, pero, cuando las cosas se ponen duras, la gente puede estar distante". Iker volvió a referirse a los directivos de la cadena con nombres y apellidos: Alessandro Salem, Sandra Fernández, Paco Moreno...
"Nos dimos un abrazo de equipo de baloncesto. Nosotros sí sabemos lo que ha pasado. Qué bonito, qué alucinante ha sido. Toda la gente del ámbito directivo, publicitario, de los compañeros, que entre los compañeros hay muchos egos. Pues, ¿puedo decirlo? Emma [García], Ángeles [Blanco]... Estas queridas amigas me decían que habían sufrido mucho, y sé que es verdad, cuando todo el mundo decía que había que quitarme el programa y echarme del país".
Además, aludía a sus últimas contestaciones a aquellos que le han atacado, de compañeros de profesión a políticos en el Congreso de los Diputados. El presentador de Cuatro no pudo ser más claro explicando el porqué de entrar al trapo: "Si tocan a mi familia, que es mi equipo, ahí hablamos de que me parto la cara con cualquiera".
"Ahí utilizo todos mis resortes, toda mi información, y no me achanto. Ya no es una cuestión de desprestigio personal, cuando se meten con el trabajo, con la comida y con el sustento de cincuenta familias... Ahí un líder no se achanta y va contra lo que sea", advertía.