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Este lunes Telecinco emitió el tercer especial de Bárbara Rey. Mi verdad, el programa en el que Bárbara Rey ha hablado como nunca de la relación con el rey emérito o con su hijo Ángel Cristo. Y tenía de diferente, respecto a las dos entregas anteriores, que Bárbara Rey estaría en directo en el plató, respondiendo las preguntas de los colaboradores. Todo bajo la supervisión de Santi Acosta y Beatriz Archidona, que ejercían de presentadores.

Esta entrevista coincidía con la salida a la luz de nuevos audios entre ella y Santiago Arriazu, y que trataban sobre los chantajes al rey emérito. “Me sabe tremendamente mal que estos audios salgan a la luz. Confío en Santi Arriazu, me vinieron a buscar a mi casa...”, exponía la antaño artista circense, cuando Álvaro García Pelayo cortó su discurso. “Absolutamente falso. Te doy las buenas noches, que no me conoces. Te agradezco que estés aquí”, decía el periodista.

En efecto, era la primera vez que García Pelayo participaba en el programa, y Bárbara aprovechó para decirle: “Me pensaba encontrar con tu queridísima esposa, pero mira. No habrá tenido tiempo de maquillarse”.

Santi Acosta tuvo entonces que intervenir: “Bárbara, la vida privada de nuestros colaboradores no es el objeto de esta entrevista. Su mujer no tiene nada que ver”. La esposa de García Pelayo, quien es representante de Ángel Cristo, es Sandra Aladro, y que según La Razón, habría sido vetada por la propia Rey.

Bárbara le pedía perdón a Acosta, pero el presentador le dio unas instrucciones muy claras: Hablo, me escuchas y respondes. Vamos a establecer las reglas del juego y fuera”. Más adelante, Bárbara volvió a chocar con Álvaro: “Nunca pensé que mi hijo me lo iba a robar. Vosotros habéis hecho uso de esos audios antes que yo”. Pero García-Pelayo lo negaba, y acusaba a Bárara a haber facilitado los audios a periodistas en los años 90.

La tensión fue a más cuando Álvaro García-Pelayo aseguró a Bárbara que estaba en el programa de Telecinco para “refrescarle la memoria” y señalándole que no puede “manejar el relato, porque el relato es histórico”. “¡Perdóname! Un momento. Tú dime todo lo que te dé la gana, dime lo que quiera y pregúntame lo que quieras. Pero no vuelvas a decirme que estás para refrescarme la memoria. Se la refrescas a tu familia o a tu madre. Pero a mí me dejas tranquila, que yo estoy muy sana y muy bien. ¿Vale? O sea que nunca más. ¡Nunca más!”.

Como veo que hay cosas de las que no te acuerdas”, deslizaba el colaborador. “No me tienes que recordar nada”, insistía Rey, mientras que Álvaro opinaba que estaría preocupada por lo que él pudiera decir.