Silvia Intxaurrondo y Félix Bolaños en 'La hora de La 1'.

Silvia Intxaurrondo y Félix Bolaños en 'La hora de La 1'.

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Silvia Intxaurrondo muestra su apoyo a Lalachus por la polémica de la estampita en su entrevista a Bolaños

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Continúan, un día más, las reacciones sobre las Campanadas de RTVE que protagonizaron Lalachus y David Broncano la pasada Nochevieja, siempre con el foco puesto en la estampa. Y es que, recordemos, en la retransmisión la humorista sacó una estampa del Sagrado Corazón en la que aparecía la vaquilla del Grand Prix.

Siempre llevo encima mi estampita de la vaquilla del Grand Prix. Escúchame, hemos crecido todos viendo el Grand Prix, con la televisión. Con la televisión pública, en este caso, que ha hecho que toda la familia vea la televisión, gozándolo fuerte. Creo que tú y yo, y muchísima gente, estamos hechos de cachitos de tele”, dijo entonces Lalachus, sin imaginar que Hazte Oír y Abogados Cristianos la denunciarían por delito “contra los sentimientos religiosos”.

Esta mañana los programas de televisión recuperaban sus presentadores habituales y su tónica de siempre. Y, por ello, Silvia Intxaurrondo ha querido mandar “un beso enorme” a Lalachus desde el plató de La Hora de La 1.

“Fue comernos las uvas y comenzar el año con polémica” apuntaba Silvia. Para la comunicadora, todo ha sido una “polémica montada por unos ultras”, y ha aprovechado la presencia del ministro Félix Bolaños para plantearle una pregunta como responsable de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes: “Vimos odio, vimos inquina, vimos muchas fobias. ¿Para cuándo, ministro, la reforma del delito de ofensas religiosas?”.

Bolaños apuntó encones que la reforma “ya estaba incluida en el Plan de Acción por la Democracia que anunciamos en septiembre”. “Lo que ha hecho esta polémica no es que el Gobierno priorice esa reforma, sino poner encima de la mesa la necesidad de abordarla”, añadía.

Para Bolaños, tenemos que garantizar la libertad de expresión, de creación, no puede ser que hacer humor sea delito. Lo que están haciendo los ultras es intentar amedrentar a personas que no piensan como ellos, les acosan, les intimidan”. Y también ha dicho en el programa de La 1 que esa no es la democracia que queremos, queremos una democracia donde, por supuesto con respeto profundo a la libertad religiosa, a las creencias de cada cual”. Y matizaba: “Pero no puede haber un delito en hacer humor, y en hacer alguna expresión de creación, de creatividad, de cualquier tipo de declaración de personas que están haciendo humor. Que lo que están haciendo es su trabajo, por ejemplo en las Campanadas de TVE”.

Coincidiendo con Intxaurrondo, el ministro apuntaba que todo se trata de una “campaña de los ultras de intentar inculcar el odio en las sociedades, de intentar dividirnos, de intentar divorciar la realidad de lo que es el pensamiento y la opinión pública, hay unos intereses”.