La 39ª ceremonia de los Goya no sólo ha tenido al cine como el gran protagonista. A pesar de que El 47 y La infiltrada han hecho historia al coronarse ambas con el galardón a la mejor película (algo nunca sucedido en estos premios), ha sido la ausencia de Karla Sofía Gascón la otra gran protagonista de la velada. La filtración de antiguos tuits racistas y antimusulmanes de la actriz han propiciado que, en apenas 10 días, pasase de ser idolatrada a vetada.

De hecho, en medio de la polémica, la Academia de Cine Española revelaba que Gascón no estaba invitada a la gala. A pesar de su nominación al Oscar y que Emilia Pérez optaba al galardón al mejor film europeo (que terminó llevándose), su protagonista delegaba el protagonismo en los distribuidores de la cinta en España, Wanda Visión y Elastica Films.

Coincidiendo también con el anuncio de que la editorial Dos Bigotes prescindía de la publicación de su novela autobiográfica, Karsia, el debate ha pasado a los programas de actualidad. Por supuesto, en La Roca se ha querido abordar la ausencia de Gascón en los Goya y la campaña de cancelación a la que se ha enfrentado.

El primero que dio su opinión fue Ramón Espinar, quien se incorporaba a la mesa. Tal era la importancia del tema, que la polémica con Gascón se separaba del resto de opinión de la gala, que se había abordado previamente en las butacas con Marta Critikian y Pilar Vidal. Espinar siguió la tendencia de deplorar el contenido de los mensajes de la actriz en redes sociales, pero mostrarse en contra de la campaña de acoso y derribo que ha sufrido.

“Más allá de lo que haya que hacer con Karla Sofía Gascón, que yo no lo sé y no es mi problema, dado que no tengo que votar en ningún premio. Creo que hay una reflexión interesante sobre ella. Quienes defendemos los derechos humanos, lo que significa defender los de las personas trans, no lo hacemos porque sean seres de luz. No se defienden los derechos de Gascón porque sea alguien maravilloso”, opinaba.

“Las personas trans tienen todo el derecho del mundo a cometer errores, a ser gente indeseable, a ser racistas o hacer comentarios reprobables. No quita que tengan sus derechos intactos y decirles que lo que han comentado es infame, se puede hacer sin caer en la transfobia. Lo que ha dicho es detestable […], pero eso no hace que haya que dar un paso atrás en defender los derechos trans”, agregaba.

A la hora de abordar la cancelación de Gascón, Juan del Val señaló cómo se trataba de un movimiento sutil. El autor de Bocabesada recordaba que la de Alcobendas, realmente, seguía invitada a las galas en las que optaba a un galardón en Hollywood y que podría estar en la de los Oscar. Sin embargo, Netflix, su distribuidora en Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, ha anunciado que no se hará cargo de sus gastos, lo que implica que la intérprete deba pagarse tanto el transporte como la estancia.

“Ella está invitada a los Oscar, lo que pasa es que Netflix no le paga el viaje ni se hace cargo de nada”, matizaba. “Aquí hay varias cosas. No estoy de acuerdo con los escarnios públicos que se producen, pero también es verdad que la gestión que ha hecho, tras salir esto, no ha sido la adecuada”, proseguía en su análisis.

“Ha tirado por el victimismo y las entrevistas que hacía, me daba la sensación que empeoraban la situación. Se intentaba salvar y se ha metido más en el hoyo. Luego, sí que es verdad que se produce una paradoja. Ninguno estamos de acuerdo con esos tuits, después piensas que alguien habrá y esos son los tránsfobos. Ahí está la contradicción de esta historia”, concluía.