Este jueves por la noche Terelu Campos arrancó (con el resto de compañeros) su aventura en Supervivientes 2025. Su estancia en Honduras es, sin embargo, radicalmente a la del resto. Ella no es concursante de pleno derecho, al menos, de momento. Tal como explicó Jorge Javier Vázquez, cuando pasen 21 días ella podrá decidir si se queda compitiendo por el premio de 200.000 euros, o si tira la toalla.
Durante todo este viernes, los diferentes programas de Telecinco han comentado cómo fue la gala, con el foco puesto especialmente en la hermana de Carmen Borrego. Y su hija Alejandra Rubio ha compartido sus impresiones personales en Vamos a ver, formato en el que colabora por las mañanas.
Tras agradecer a Borja González que enviase a su madre a Playa Calma, la más cómoda de la isla, y señalarlo como uno de sus favoritos, Joaquín Prat le preguntó a Rubio con qué compañeros de su equipo tendría Terelu más afinidad y con cuáles podría no tenerlas. En concreto, Terelu comparte playa con Damián, Gala, Rosario, Beatriz, Pelayo, Almácor, Ángela y Nieves. En Playa Furia, por otro lado, están Borja, Escassi, Makoke, Joshua, Álex, Laura, Koldo y Samya.
“Al final yo creo que ella hubiera estado más a gusto en el otro equipo, porque conoce a más gente”, afirmaba Alejandra Rubio. “En este equipo, no lo sé, me da un poco de miedo Pelayo”, sentenciaba con rotundidad. “No es un chaval que me caiga mal, ¿eh? Pero creo que va con su papel muy formado, y espero que no vaya en contra de mi madre”, añadía la joven.
En ese sentido, Joaquín Prat le explicó que en todos los realities, y en especial, en Supervivientes, hay dos opciones con los “pesos pesados” como Terelu: aislarse y esquivar los ataques, o entrar al trapo. “Y es muy común que los que son menos conocidos vayan a buscar el conflicto con los pesos pesados”, aseguraba el presentador. “Yo creo que mi madre no entrará en eso, ¿eh?”, opinaba entonces Alejandra.
La influencer tampoco descarta que Terelu pueda tener algún roce con Montoya. “Yo he estado con Montoya el día del debate, y te juro que es que sí es intenso. Al final, La isla de las tentaciones es un programa editado. Pero tener a Montoya en vivo y en directo, sin callarse ni un segundo...”, deslizaba, dejando claro que podría provocar problemas de convivencia.