Albert Rivera, Esperanza Aguirre y Manuela Carmena dicen que les gusta Borgen, la serie danesa sobre la primera ministra Birgitte Nyborg, de un pequeño partido que consigue liderar una difícil coalición. La fragmentación tras las últimas elecciones en España la ha convertido en favorita para buscar comparaciones y a veces inspiración.
Su creador, Adam Price, aún se sorprende del éxito internacional de una serie sobre negociaciones de Gobierno. El guionista es también chef y ya era conocido en la televisión danesa gracias a un programa de cocina. Ahora prepara una nueva serie sobre religión, que también retrata como un asunto político. Le gusta poco el actual Ejecutivo danés y ofrece algunos consejos para los políticos españoles sobre qué haría ahora su ficticia Birgitte.
¿Por qué cree que hay tal fascinación con la política danesa?
No sé si es así. Pero ha habido mucha atención alrededor de Borgen, por lo que estoy muy agradecido. La política danesa de la vida real está además cambiando mucho en estos momentos por la crisis de los refugiados. La reputación de Dinamarca como un país amigable y acogedor ha sufrido unos cuantos golpes por nuestros intentos de desanimar a la gente para que pida el asilo en Dinamarca. El debate no siempre ha sido halagüeño.
¿Cómo ha conseguido hacer la política del consenso algo atractivo?
Básicamente intentamos crear personajes atractivos y hacer que los asuntos políticos fueran muy importantes para ellos. Así que incluso si no te interesa un problema político en sí mismo se vuelve importante porque es importante para Birgitte Nyborg y los suyos. Por eso esto ha demostrado ser una receta eficaz.
¿Qué aprendió sobre la política escribiendo Borgen?
Aprendí que hay ángeles y demonios en este negocio, igual que en cualquier otro. Los políticos suelen tener una mala reputación en muchos países. Tal vez es el juego en sí mismo el que a veces es sucio. No siempre es sólo la culpa de los jugadores.
¿Cree que Dinamarca tiene algo único?
Políticamente, Dinamarca está basado en la noción socialdemócrata de derechos iguales para todo el mundo y de solidaridad. Esto es en cierto sentido parte de nuestra identidad política nacional, a pesar de que han cambiado muchas cosas en los últimos 20 ó 30 años y Dinamarca está afrontando los mismos problemas que cualquiera otra democracia europea. Pero desde luego todavía hay elementos en nuestro Estado del Bienestar nórdico que son únicos y que sólo compartimos con otros países nórdicos. Somos una sociedad muy poco corrupta en comparación con muchos otros países y debemos estar agradecidos por eso.
¿Qué pueden aprender los políticos españoles, en mitad de difíciles negociaciones, de Dinamarca? ¿Y de la Dinamarca ficticia de Borgen?
Esperamos entretener con algo sustantivo y provocar el debate entre los espectadores de Borgen. España tiene una historia política muy diferente de Dinamarca y no es comparable directamente aunque compartimos una responsabilidad común dentro de la UE. España afronta retos muy importantes con su economía y el desempleo. Creo que luchar contra la corrupción ayudaría a recuperar la fe en el sistema político y los políticos en general.
Ciudadanos, el equivalente a "Los Moderados" de la serie, utiliza Borgen a menudo. Pero para tener éxito, ¿falta una figura tan poderosa como Birgitte?
La política moderna está muy influenciada por las personalidades. Esto es un asunto extremamente importante para cada partido. Básicamente, si no tienes un político ganador liderando tu partido no ganarás.
¿Qué haría Birgitte frente a una situación como la española de bloqueo entre partidos que dicen que no se apoyan?
Probablemente diría que los retos que afrontamos en este momento crítico son mayores que las diferencias entre partidos, a menudo nimias, que nos dividen. La colaboración es la única vía posible hacia adelante.
¿Cree que su serie ha tenido impacto en la vida real, por ejemplo impulsando la idea de una primer ministra mujer o incluso el ascenso de Venstre?
Personalmente, espero que Borgen no haya contribuido al ascenso de Venstre, el partido liberal que gobierna Dinamarca ahora mismo. Creo que la serie tal vez ayudó a acrecentar el interés en la política, pero no que influyera directamente en la política como tal.
¿Por qué ha decidido ahora escribir sobre religión?
Creo que hay que hacer tu protagonista sea más difícil y es bueno tener retos. La religión es a veces más política que la política y provoca grandes diferencias y conflictos en el mundo moderno. Quería aprender a entender su complejidad. Espero que sea capaz de escribir una historia con significado que provoque un debate positivo y respetuoso. Mientras lo estemos debatiendo no estaremos luchando en nuevas guerras.
¿Ya tiene suficiente con políticos?
No. Como he dicho, a veces la religión está políticamente más cargada que la política así que la nueva serie también tocará temas políticos.
¿Piensa ambientar a sus personajes en otros países?
Hace poco he formado una nueva empresa con Søren Sveistrup, que escribió The Killing, y Meta Foldager, que produjo A Royal Affair. Nuestra ambición es escribir y producir series de televisión internacionales, así que desde luego. Creo que estamos viviendo en la edad dorada del drama televisivo y para hacer series más grandes, los países más pequeños tienen que juntar sus presupuestos y hacer nuevas historias relevantes que trasciendan fronteras.