J. O.
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Cuatro décadas después de el estreno de El último tango en París, la película que hizo cruzar a miles de españoles los Pirineos para esquivar la censura franquista, el filme vuelve a estar de actualidad por culpa de los entresijos de la explícita secuencia en la que Marlon Brando sodomiza a Maria Schneider con la ayuda de la mantequilla como lubricante. 

Las declaraciones hace tres años del director de la cinta, Bernardo Bertolucci, han despertado desde hace unos días la indignación de Hollywood y un gran revuelo en las redes sociales. "No quería que fingiese la humillación, quería que la sintiese", confesó el cineasta en una conferencia en la Cinemateca francesa. 

Bertolucci explicó entonces que Schneider no sabía de los verdaderos planes de Brando y el propio director tenían para la mítica escena de la violación. Bertolucci llegó incluso a admitir en la citada conferencia que se trataba de una decisión "horrible" que actualmente sería "inaceptable". 

Sólo tras la indignación general y el chaparrón de críticas de la profesión, Bertolucci ha decidido rectificar. O visto de otra forma, desdecirse de la confesión del engaño al que presuntamente sometieron a la actriz. Según la revista Fotogramas, el director de cine italiano ha publicado este lunes un comunicado con una nueva versión sobre cómo se hizo la escena de la mantequilla. 

En el texto, matiza que el único detalle que Schneider desconocía de la escena era el uso de la mantequilla: "María sabía todo porque había leído el guión y todo estaba descrito. Lo único nuevo era la idea de la mantequilla", explica. 

Queríamos que tuviera una reacción espontánea ante ese uso impropio. Algunos han creído que no estaba informada de la violencia contra ella. Falso. Maria sabía todo porque había leído el guion y todo estaba descrito. Lo único nuevo con respecto al guion fue la idea de la mantequilla. Eso fue, según supe muchos años después, lo que ofendió a Maria, no la violencia que sufrió en la escena y que estaba prevista en la película.

El director incluye en el comunicado su opinión respecto a la polémica:

"Consuela y a la vez aflige que aun haya gente tan naif como para creer que lo que ve en el cine es la realidad. No saben que en el cine el sexo es casi siempre una ficción y probablemente creen que cada vez que John Wayne dispara a su enemigo, cae muerto de verdad".

A pesar de sus matizaciones de este lunes, Bertolucci llegó a excusar en estos términos el presunto engaño a Schneider: "Son cosas graves, pero las películas se hacen así. Las provocaciones son a veces más importantes que las explicaciones". 

Sus palabras de hace tres años se han viralizado en la última semana, con varios actores y actrices llamando al boicot a Bertolucci, calificando el engaño sobre la escena de la violación como algo "asqueroso" e "imperdonable". Intérpretes como Jessica Chastain o Evan Rachel Wood han expresado su indignación a través de sus perfiles en Twitter.

Por su parte, Anna Kendrick ya dejó claro que la propia Schneider ya había dicho en 2007 que no fue informada de la brutalidad de la escena. En una entrevista en Daily Mail ya dijo que fue forzada a realizar la secuencia: "Debí llamar a mi agente o tener a un abogado en el set de rodaje porque no puedes forzar a alguien a hacer algo que no está en el guión, pero yo no lo sabía. Marlon me dijo: 'Maria no te preocupes, solo es una película', pero durante la escena, incluso cuando sabía que no era real, estaba llorando de verdad. Me sentí muy mal porque me habían tratado como a una sex symbol y yo quería que se me reconociera como actriz (...). Me sentí humillada y para ser honesta, me sentí un poco violada por ambos, tanto Marlon como Bertolucci".