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Este año lo tienen difícil los miembros de la Academia de Cine para elegir sus nominados a los Premios Goya. 2016 ha sido un año excelente para nuestro cine. Lo ha sido en taquilla, pero, especialmente, en cuanto a calidad. Entre las diez mejores películas del año se cuelan fácilmente tres o cuatro españolas. Ahora toca reivindicarlas y elegir entre toda la cosecha las cinco que quedarán como finalistas al premio a la Mejor película del año.

Entre las favoritas se mezclan nombres ya consagrados con los de jóvenes que vienen pisando fuerte. Una muestra más de que el talento sobrevive a pesar de la crisis, los recortes y los desplantes del Gobierno. En las candidaturas que se anunciarán hoy, hay tres títulos que parten como favoritas. Sólo hay que mirar las críticas, las nominaciones a los Feroz y a los Forqué para ver que entre Bayona, Almodóvar y Alberto Rodríguez se repartirán el mayor botín.

Rodaje de Julieta, de Pedro Almodóvar.

Julieta, Un monstruo viene a verme y El hombre de las mil caras tienen todo a favor para ser las más nombradas esta mañana. La primera es candidata casi segura en las categorías gordas: Película, dirección y guion adaptado, pero es que Emma Suárez y Adriana Ugarte tienen todo a favor para colarse entre las finalistas a Mejor actriz, igual que Rossy de Palma como secundaria. Si a eso le sumas apartados técnicos como fotografía o banda sonora, la cuenta saldrá favorable.

Lo mismo ocurre con El hombre de las mil caras. Alberto Rodríguez vuelve a ser un firme candidato como ya lo fue con Grupo 7 y La isla mínima. El thriller sobre Paesa y Roldán puede ser la más nominada del día, ya que puede rascar hasta cuatro candidaturas para sus actores (las de Eduard Fernández y Carlos Santos se dan por seguras, pero no hay que descartar a Marta Etura y José Coronado o incluso Alba Galocha) y rozar las 15 candidaturas.

Eduard Fernández en El hombre de las mil caras.

Otra que estará en la pomada es Un monstruo viene a verme. La película de Bayona ha gustado a los críticos y es la más taquillera del año. Sus dos anteriores obras fueron nominadas a Mejor película -un premio que se le resiste- y arrasaron en los apartados técnicos. Un buen medidor de hasta qué punto ha gustado este drama fantástico serán las nominaciones en las categorías de interpretación. Si Felicity Jones y Sigourney Weaver entran, será que Bayona tiene este año el viento a favor. Una lástima que las actuales normas de la Academia impidan a su joven protagonista, Lewis MacDougall, optar al Goya al Mejor actor revelación por ser menor de 16 años.

Lo más interesante será ver quiénes llenan las otras dos plazas en el quinteto finalista. Aquí es donde la savia nueva tendrá que hacer acto de presencia. Dos directores jóvenes son los que tienen más papeletas. Rodrigo Sorogoyen y Raúl Arévalo han rodado dos thrillers potentes y compactos que les pueden llevar a una nominación que muchos desean. Sorogoyen, con Que dios nos perdone, tiene a su favor su presencia en San Sebastián, donde ganó el premio al Mejor Guion, y las ganas de reivindicar a un realizador que ya destacó con Stockholm. Roberto Álamo tiene su nominación como Mejor actor asegurada.

La duda es si Antonio de la Torre hará doblete o se anulará entre sí, ya que también es el protagonista de Tarde para la ira, el filme de Arévalo. El actor, y ahora director, ha sorprendido a todos con su debut y el Goya a la Mejor dirección novel parece uno de los más claros del curso. Habrá que ver hasta qué punto ha calado su película, seca y violenta.

Alex Monner y Emma Suárez en La propera pell.

A la espera de que alguno de ellos fallen se encuentra Icíar Bollaín, que con El Olivo ha sido olvidada en los Feroz, pero siempre recibe el cariño de la Academia. Ya fue una de las tres preseleccionadas para ir a los Oscar y seguro que rasca unas cuantas nominaciones, pero puede quedarse a un paso de entrar en los finalistas a Mejor película.

Quien debería hacerlo por méritos propios es Isaki Lacuesta. Su última película, La próxima piel, es de los mejores títulos españoles de 2016, pero su escasa repercusión en salas y el aura autoral de su cineasta -que aquí ofrece una película accesible para todo tipo de públicos- le puede perjudicar. Si mañana se repartiera justicia, su protagonista Àlex Monner tendría que ser un serio candidato a Mejor actor y Emma Suárez tener dos nominaciones, una como protagonista por Julieta y otra como secundaria por esta. La respuesta, a partir de las 11:00.

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