Publicada
Actualizada

En menos de tres semanas se marcha a hacer historia, pero Juan Antonio Bayona no quería perderse la fiesta del cine español. Su compromiso con nuestra industria lo demuestra siempre que puede, ya sea trayendo los rodajes a España, luchando contra los que la atacan en las redes sociales o llevándose el talento nacional a rodar Jurassic World 2. Con su tercera película volvió a llevarse un Goya al Mejor director y se le volvió a escapar el de Mejor película, que fue para Raúl Arévalo por Tarde para la ira.

Las galas no sientan bien a Bayona. Con Lo imposible, donde dio la sorpresa con su premio al mejor realizador, se hizo un esguince en el pie y terminó la noche en el hospital. Con Un monstruo viene a verme lloró en cada uno de los premios que fue llevándose el filme (y fueron nueve). Hasta Dani Rovira le ofreció una tila que se tomó en directo mientras todos reían. Así hasta que llegó su momento de gloria y no lo desaprovechó, su discurso al recoger el 'cabezón' fue el más comprometido de la noche, él único que se atrevió a pedir protección para el cine y para la cultura.

Estas semanas me he encontrado a dirigentes que no habían visto ninguna película de los Goya, y eran de todos los colores. La cultura la tenemos que defender todos

También se lo dedicó a su padre, “porque él es el que me enseñó a utilizar el lápiz”. “Gracias por enseñarme a dibujar, por contagiarme el amor al cine. Gracias por enseñarme el poder transformador de la cultura, la cultura es necesaria sin ella seríamos incapaces de expresar cómo somos y tenemos que apoyarla todos, todos”, dijo emocionado y emocionando. Más tarde, y más tranquilo, Bayona atendió a los medios y contó que toda esa emoción viene por “lo difícil de contar que ha sido esta película”. “Era una historia muy bonita, pero muy complicada de llevar a la pantalla. Por eso me ha hecho mucha ilusión el reconocimiento a todo el equipo con el que llevo trabajando tres películas, una serie de televisión por el medio y a algunos me los llevo al parque jurásico”, contaba todavía emocionado.

Toda su comandita fue subiendo a recoger sus Goya, pero hubo uno que se escapó y que a Bayona le dejó un sabor agridulce. “Me ha faltado el de Belén Atienza, que es la persona que ahora mismo es una necesidad para mí. No puedo trabajar sin ella, porque somos un tándem indivisible. Me ha faltado, pero por eso me he pegado el gustazo de dedicárselo”, añadía Jota, al que se le sigue escapando el premio gordo de la noche. “Mira, hay uno que se nos resiste, así nos quedan cosas por hacer”, contaba pensando ya en el futuro.

Juan Antonio Bayona con su premio a la Mejor dirección. Efe

Sobre su discurso en los Goya confesó que tenía claro que quería hacer un discurso “reivindicativo pero sin dar nombres”. “Lo que quería expresar es que la cultura es toda expresión de lo que sentimos y de lo que somos, y no apoyarla es ir en contra de uno mismo. Estas semanas he ido a diferentes entregas de premios y me he encontrado a dirigentes que no habían visto ninguna película de los Goya, y eran de todos los colores. La cultura la tenemos que defender todos, dejar la política aparte y considerarla una cuestión de estado como es la educación, y ese es el discurso que viene repitiendo nuestro cine los últimos años”, explicó preguntado por este medio.

¿Pero es posible que un país como España, que horas antes de la ceremonia pedía un boicot a la gala, pueda amar su cultura? Bayona tiene claro que sí, que hay que avanzar en ese sentido. “España es un país que tiene la herencia cultural que tiene después de haber vivido una dictadura. Hace poco lo decía, hace 70 años este país no sabía leer ni escribir y aquí estamos, haciendo cine. El público cada vez tiene menos problema en ver películas españolas, lo quiere ver son películas buenas y estamos haciéndolas. Yo me siento muy valorado por el público y ahí están los números, no de mis películas, del cine español en general. Evidentemente queda mucho por hacer y ojalá todas las películas tuvieran la promoción del monstruo, ojalá todas las cadenas promocionaran con la misma intensidad como Telecinco lo ha hecho. Deberíamos exigir una política cultural más contundente y un refuerzo de la televisión publica en todos los sentidos, que articule un cine que no solo dependa de las televisiones privadas, pero hemos conseguido mucho y es la noche de celebrar todo lo que hemos conseguido”, contaba.

España es un país que tiene la herencia cultural que tiene después de haber vivido una dictadura. Hace poco lo decía, hace 70 años este país no sabía leer ni escribir y aquí estamos, haciendo cine

Su éxito se debe al público, que han colocado sus tres películas dentro de las más taquilleras de la historia del cine español. “Les debo todo. Para empezar el poder haber hecho esta película. Sin el éxito de Lo imposible hubiera sido imposible hacer esta, y realmente es una apuesta más personal y arriesgada, yo la considero así, y que la haya abrazado el público de esta forma me motiva especialmente, me hace pensar que se pueden hacer películas originales, y más arriesgadas que llevan al espectador a zonas incómodas, y que pueden ser un éxito”, añadía destacando la gran calidad del cine español este año y lo contento que está del éxito de Raúl Arévalo y de Bea Bodegas, “que trabajó con nosotros en El orfanato”. Dos películas que son dos extremos de la balanza del cine español y que “habla mucho de la polarización en la que estamos, cada vez es más difícil hacer películas de clase media”.

Por el momento Bayona salta a Hollywood, pero lo hace con las ideas claras. Volverá a España para rodar su siguiente proyecto y para seguir enseñando compromiso y cómo hacer industria con cada nuevo título.